El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hizo una dura declaración sobre los posibles suministros estadounidenses de misiles de largo alcance a Ucrania, enfatizando que los estadounidenses deberían tomar en serio las “líneas rojas” rusas.
Lavrov señaló que en caso de que tales armas se transfirieran a Ucrania, las consecuencias podrían ser impredecibles y Estados Unidos sabe muy bien dónde están las fronteras que no se pueden cruzar.
«No bromeéis con nuestras líneas rojas. Los estadounidenses saben dónde están», afirmó el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Según él, Moscú ha advertido repetidamente a Occidente que el suministro de armas, especialmente aquellas que podrían amenazar la seguridad de Rusia, es inaceptable y podría provocar una grave escalada del conflicto.
Moscú considera que el suministro de misiles de largo alcance a Ucrania es una amenaza inmediata, ya que dichos sistemas pueden alcanzar objetivos a distancias significativas, incluida la región de Moscú, y si se suministran versiones de largo alcance, el alcance del ataque aumentará a 1000 kilómetros.