Por Rommel Santos Díaz
El escenario de guerra que actualmente se vive en Ucrania plantea situaciones muy graves en el contexto de derecho internacional a causa de la invasión rusa en territorio de ese país, ocasionando varios miles de pérdidas de vidas de civiles por los bombardeos indiscriminados en zonas estratégicas de Ucrania.
El llamado a la paz de los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas ha sido reiterado, pero el Presidente de Rusia Vladimir Putin, ha respondido con el silencio, evadiendo su responsabilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad que se están cometiendo contra la población civil en Ucrania.
La Corte Internacional de Justicia dicto una serie de medidas cautelares contra la Federación Rusa con el fin de proteger a la población civil ucraniana, a la que considero ‘extremadamente vulnerable´´, principalmente ordeno suspender las operaciones militares en Ucrania.
La Corte sostiene que el uso de la fuerza de la Federación Rusa compromete asuntos del derecho internacional, por supuesto esto se vincula a los propósitos y principios de la Organización de las Naciones Unidas y de sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional. En tal sentido la Corte se encuentra limitada en virtud de que Ucrania inicio el procedimiento en el ámbito específico de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio.
Está claro que la Corte Internacional de Justicia al dictaminar el fallo se baso en las evidencias de que los ataques de Rusia han dejado un saldo de numerosos civiles muertos o heridos, además de los daños materiales causados por los ataques incrementando las dificultades y condiciones de vidas de la población civil. Ni decir de la falta de acceso a alimentos, agua potable, transporte, medicamentos, entre otras necesidades materiales.
Rusia debe acatar la decisión de la Corte Internacional de Justicia en virtud de que se trata de una decisión vinculante para ese Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas, no obstante el hecho de que Rusia puede recurrir al Consejo de Seguridad y hacer recomendaciones o decidir que medidas deben adoptarse para dar efecto la sentencia, según el artículo 94 de la Carta de la ONU.
Por otro lado la Declaración de Paz y Cese de Guerras en su artículo 6 señala que los Estados deben reconocer la obligación de resolver sus conflictos internacionales a través de métodos pacíficos, incluida la referencia a la Corte Internacional de Justicia, otros órganos judiciales, acuerdos regionales o por medio de arbitraje, mediación, conciliación u otras formas alternativas para la resolución de conflictos, de tal manera que la paz y la seguridad internacional no se vean amenazadas. En ese orden Rusia debe llevar a cabo el cumplimiento de la decisión tomada por la Corte Internacional de Justicia.
El liderazgo mundial debe ser un liderazgo de paz como señala el presidente de Ucrania en su discurso ante el Congreso de los Estados Unidos de América y para ello se hace necesario aceptar la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia cumpliendo con el artículo 36, párrafo 2, del Estatuto de la Corte, sin reservas como un medio para asegurar que las disputas sean resueltas pacíficamente y de acuerdo con el derecho internacional como se indica en la Declaración de Paz y Cese de Guerras.