En medio de un país dividido: cómo los demócratas empujan a EEUU al caos político

Los demócratas han recurrido ni más ni menos que a la limpieza de papeletas al intentar impedir, al amparo de la teoría de la 14.ª Enmienda, que los candidatos republicanos al Congreso se presenten a las elecciones primarias, afirmó el reputado jurista estadounidense Jonathan Turley.

De acuerdo a Turley, EEUU se encuentra en una pendiente resbaladiza hacia el caos político.

Varios votantes estadounidenses en Illinois y Massachusetts han presentado mociones que buscan eliminar al expresidente Donald Trump de la papeleta de las primarias de cada estado para las elecciones de 2024. Poco antes, Colorado y Maine solicitaron la inhabilitación del exmandatario.

El reputado jurista estadounidense Jonathan Turley dio la voz de alarma por la decisión del Tribunal Supremo de Colorado de impedir a Trump presentarse a las elecciones de 2024, subrayando que los jueces de ese estado «colocan a este país en uno de los caminos más peligrosos de su historia».

La insólita iniciativa está impulsada por políticos demócratas que decidieron acogerse a la Sección 3 de la 14.ª Enmienda, que establece que cualquier candidato que haya participado en actos de insurrección, tras haber jurado defender la Constitución estadounidense, debe ser inhabilitado para ocupar cargos políticos. La enmienda fue ratificada en 1868. Ahora, los demócratas argumentan que los disturbios del 6 de enero fueron una «rebelión» en toda regla y que la ley podría aplicarse al expresidente.

«En diciembre de 1865, mucha gente en Washington se sorprendió al ver a Alexander Stephens, el que fuera vicepresidente de la Confederación, esperando para prestar el mismo juramento que prestó antes de unirse a la rebelión del sur», escribió Turley el 22 de diciembre. «Así que el Congreso declaró que podía prohibir la entrada a aquellos ‘que hayan participado en insurrección o rebelión contra él mismo, o prestado ayuda o consuelo a sus enemigos'».

En la opinión de Turley, los sucesos del 6 de enero —por muy graves que fueran— no pueden compararse con la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) o calificarse de «insurrección».

«Fue una protesta que se convirtió en disturbio, no en rebelión«, destacó, argumentando que la enmienda de la época de la Guerra Civil no debería utilizarse en este caso.

Advirtió de que la decisión antidemocrática del tribunal de Colorado y su claro desafío a la Primera Enmienda podrían provocar un efecto dominó «en el que los estados rojos y azules podrían dedicarse ahora a descalificaciones de represalia».

Las preocupaciones de Turley no son injustificadas, dado que los demócratas han decidido vetar no solo a Trump, sino a todos los candidatos republicanos al Congreso que se han atrevido a cuestionar la imparcialidad de las elecciones de 2020. Algunos legisladores demócratas han pedido la inhabilitación de hasta 126 colegas republicanos por «insurrectos». Lo especialmente escalofriante es que muchos les han apoyado.

Así, el 11 de diciembre, el representante estadounidense Bill Pascrell, Jr. (demócrata por Nueva Jersey) pidió a los líderes de la Cámara de Representantes que destituyeran a los legisladores del Congreso que estuvieran «apoyando los esfuerzos de Donald Trump para invalidar las elecciones presidenciales de 2020».

«En pocas palabras, los hombres y mujeres que actuarían para destruir al Gobierno estadounidense no pueden ser miembros del Congreso. Estas demandas, que pretenden destruir la confianza pública en nuestro sistema democrático, invalidando los claros resultados de las elecciones presidenciales de 2020, afectan sin duda al texto y al espíritu de la Constitución, que cada diputado jura apoyar y defender», afirmó, citando la Sección 3 de la 14.ª Enmienda.

Otra representante demócrata, Cori Bush, presentó una iniciativa similar que fue apoyada por 63 copatrocinadores demócratas, entre ellos los representantes Alexandria Ocasio-Cortez, Jamaal Bowman, Ilhan Torres, Ilhan Omar y Rashida Tlaib.

Mientras tanto, Turley llamó la atención sobre un evidente enfoque de doble rasero ejercido por los demócratas: anteriormente, algunos de ellos han desafiado abiertamente e incluso han intentado bloquear la certificación de los resultados electorales.

«La expresidenta Nancy Pelosi y el presidente del Comité Judicial del Senado Dick Durbin elogiaron el esfuerzo que la entonces senadora Barbara Boxer organizó para impugnar la certificación de la reelección del presidente George W. Bush en 2004″, recordó el jurista, y agregó que el representante Jamie Raskin intentó bloquear la certificación del resultado de las elecciones de 2016.

Turley enfatizó que los demócratas utilizan cada vez más la etiqueta de «insurrectos» para anular a sus rivales políticos, opositores e incluso periodistas. Sin embargo, si la tendencia se convierte en una especie de precedente legal, nada impediría a los legisladores demasiado entusiastas ampliar esta oleada de cancelaciones, según el experto. «Por eso es necesario que el Tribunal Supremo [de EEUU] se ocupe de esta cuestión y acabe de una vez por todas con esta perniciosa teoría», concluyó el jurista estadounidense. (Sputnik)

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