Los ecologistas alertan contra el uso de grasa animal como combustible de coches y aviones

Bruselas, 31 may (EFE).- La organización ecologista Transporte y Medioambiente (T&E) alertó hoy de que el aumento del uso de grasas animales en Europa para producir biocombustible para coches, aviones y, en menor medida, barcos, se está volviendo insostenible.

El uso de ese tipo de carburante, promovido para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles, se ha duplicado en la última década y es cuarenta veces mayor que en 2006, según el estudio «Los cerdos vuelan: el aumento de las grasas animales en el transporte europeo».

Casi la mitad de las grasas animales ya se convierte en biodiésel y la creciente demanda para el sector del transporte está agotando los suministros y afectando a otras industrias que también utilizan ese subproducto para hacer pienso para mascotas, jabones o cosméticos.

«Con la quema de biocombustibles de grasa animal que se triplicará para 2030, no habrá suficiente para escalar de manera sostenible», advierte T&E, que pide a los legisladores comunitarios mayor transparencia para que los consumidores sepan lo que pasa en los depósitos de los coches y los tanques de los aviones.

Las grasas animales se dividen en las categorías 1 y 2, que abarcan grasas que no pueden se consumidas por animales o humanos porque son de mala calidad o transmiten enfermedades, que se emplean generalmente en la producción de combustible para el transporte o la calefacción, y la categoría 3, que son de mejor calidad y encuentran salida en distintas industrias.

T & E reclama que se excluyan de la lista de materias elegibles como biocombustibles las grasas animales de categoría 3 en la Directiva de Energía Renovable (RED III).

«Durante años hemos estado quemando grasas animales en automóviles sin que los conductores lo sepan. Ahora alimentarán su próximo vuelo. Pero eso no puede sostenerse sin privar a otros sectores, que a su vez probablemente cambiarán a alternativas dañinas como el aceite de palma», declaró en un comunicado la experta en biocombustibles de T&E Barbara Smailagic.

La organización ecologista responsable del estudio señala que aerolíneas como la irlandesa Ryanair y la húngara Wizz Air han llegado recientemente a acuerdos con proveedores de petróleo para adquirir lo que se denomina como «combustibles de aviación sostenibles» (SAF, por sus siglas en inglés), cuyos detalles a menudo son vagos.

T&E apunta que, según proyecciones de la consultora Stratas Advisors, se espera que las grasas animales sean la materia prima «de desecho» más común utilizada en los SAF, junto con el aceite de cocina usado y avisa además de que la imprecisión de las especificaciones y el etiquetado de los SAF deja espacio para fraudes.

La disponibilidad de esa materia como «deshecho» es limitada, por lo que existe la posibilidad de que se aumente la producción industrial de carne, una circunstancia que no es «ni factible ni deseable», avisa la plataforma ecologista, que calcula que un vuelo entre Nueva York y París necesitaría 8.800 cerdos muertos. 

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