El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ajustó inesperadamente su posición sobre la solución del conflicto en Ucrania, declarando este 27 de febrero que un acuerdo de paz se produciría «relativamente pronto» o no se produciría en absoluto.
Estas palabras, pronunciadas en los pasillos de la Casa Blanca, contrastan marcadamente con su reciente confianza en el fin inminente del conflicto. A principios de febrero, prometió un “acuerdo del siglo” y la paz “en seis meses”, pero ahora su retórica ha adquirido un matiz de duda, obligando a la comunidad mundial a adivinar las razones de este giro de los acontecimientos y los próximos pasos del líder estadounidense.
La nueva declaración de Trump llega en medio de tensas negociaciones con Rusia y Ucrania que inició tras regresar a la Casa Blanca en enero.
«El acuerdo se producirá rápidamente o no se producirá en absoluto», “, dijo a los periodistas sin entrar en detalles.
Este brusco cambio del optimismo a la cautela sorprendió a muchos: hasta hace poco, el presidente aseguraba que sus vínculos personales con Vladimir Putin y Volodymyr Zelensky, respaldados por “muy buenas negociaciones”, garantizaban el éxito. Ahora sus palabras dejan espacio para la interpretación, desde un reconocimiento de las dificultades hasta una insinuación de un posible abandono de futuros esfuerzos si no se logran avances pronto.
El cambio de tono de Trump coincidió con una serie de acontecimientos. Un día antes, había ampliado las sanciones contra Rusia, lo que suscitó dudas sobre sus verdaderas intenciones. Al mismo tiempo, las negociaciones con Moscú, que comenzaron tras una llamada a Putin el 12 de febrero, se estancaron: una reunión de delegaciones, prevista para finales de febrero, nunca fue programada.
En Kiev, donde Zelenski insiste en la devolución de territorios, su «fórmula de paz» se ha topado con la negativa de Trump a discutir la adhesión de Ucrania a la OTAN.
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