¿Presos políticos o políticos presos?

Por Valentin Piña del Rosario

“Presos políticos o políticos presos”, aunque ambos enunciados poseen las mismas palabras, con la permuta entre ella se rompe un principio matemático, porque en esta ocasión, el orden de los factores sí altera el producto.

Un preso político es que aquel al que se le coarta su libertad por el hecho de disentir ideológicamente con los estamentos establecidos por los gobernantes de turno y cuando esto ocurre, se violenta el libre ejercicio del pensamiento que establece la democracia.

Un político preso es aquel, que amparado posiciones publicas generadas por la política, violenta las normas establecidas por la ley.

Es la justicia a la que le toca asumir su rol de establecer responsabilidades, pero hay cosas que se observan que, aunque no se tengan elementos probatorios, dejan muy claro que ha habido un manejo indecoroso de la cosa pública y se pueden ver en políticos que diez años atrás eran simple empleados con ingresos incluso muy bajos y que hoy exhiben fortunas que no aguantan un escrutinio contable.

Con las informaciones que maneja el rumor público sobre el caso calamar, y los apresados Donald Guerrero, José Ramón Peralta y Gonzalo Castillo, no cabe ningún resquicio de dudas en que los imputados tienen muchas cosas que aclarar, máxime cuando han sido denunciados por actores de primer orden en la comisión de los hechos.

Se habla de un chofer que hacia delivery con millonarias sumas de dinero, que tenían el objetivo de financiar la campaña electoral del Candidato del Partido de la Liberación Dominicana Gonzalo Castillo y que contaba con un pasaporte que violentaba los rigores del Banco de Reservas. Y que una gran parte era producto del chantaje a personas con las cuales el gobierno tenía cuentas por saldar.

Con los volúmenes que se habla que manejaron estos señores; Gonzalo Castillo, Donald Guerrero y José Ramón Peralta se le ha faltado el respeto al dinero, al país y a la inteligencia nacional y se irrespeta aún más cuando ser pretende que con la devolución de pequeños volúmenes comparado con lo robado se le dé de lado al caso.

Son muchas las necesidades que se pudieran resolver con ese dinero estafado, abastecimiento de medicamentos y equipos para hospitales, terminación de aulas, resolver el problema eléctrico para solo mencionar algunos y que están pendiente debido a que manos rateras han socavado el erario.

No son presos políticos, son políticos presos.


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