Los enfrentamientos entre Phoenix y Dallas siguen sumando capítulos grotescos en la NBA. La victoria de los Mavericks sobre los Suns como visitante por 98-89 en Arizona, resultó otro duelo caliente más allá de lo sucedido en los tableros, por los golpes y las expulsiones sucedidas en el inicio del tercer cuarto.
El pivote de los Suns, Jusuf Nurkic, fue sancionado por una falta ofensiva después de darle un codazo a Daniel Gafford dentro de la zona pintada. Parecía que la situación quedaría en eso, ya con el número 20 de los locales caminando hacia su sector, pero el bosnio de 30 años y 2,13m pareció ofenderse por algo que escuchó, volvió sobre sus pasos y encaró hacia donde estaban sus rivales, con Gafford todavía en el piso.
Instantes después de que Nurkic se pusiera cara a cara con Naji Marshall, las cosas empeoraron, ya que traspasaron el límite de las palabras para llegar a las piñas: Nurkic golpeó a Marshall en el rostro y el alero de Dallas respondió lanzando un gancho de derecha, como si fuera boxeo y no básquetbol. Todo empeoró, en medio de un murmullo que crecía en las tribunas.
Enseguida, PJ Washington, otro de los aleros de los Mavericks, se unió al conflicto empujando a Nurkic al suelo, ya con el caos desenfundado y asistentes y árbitros acercándose a separar junto a otros jugadores. Una vez aplacado los ánimos, los jueces revisaron la situación en el monitor junto al campo de juego, los tres recibieron faltas técnicas y fueron expulsados por el protagonismo en el incidente.
Para entonces, Dallas ya estaba por delante en el marcador y, pese a esas dos bajas y la ausencia de la estrella eslovena Luka Doncic por una lesión en una rodilla, sostuvo el liderazgo hasta el final, para consolidarse en el cuarto lugar de la Conferencia Oeste de la liga norteamericana frente a un rival que cayó en siete de los últimos 10 juegos.
No es la primera vez que Nurkic está involucrado en un altercado físico, ya que hace un año recibió un golpe en la cabeza de Draymond Green que derivó en la suspensión por 12 partidos del jugador de los Golden State Warriors. Pero, además, Phoenix – Dallas también ha tenido capítulos previos problemáticos.
En mayo de 2022, Marquese Chriss, de Dallas, fue a buscar a Bismack Biyombo, de Phoenix, por el túnel a los vestuarios y los auxiliares técnicos y el personal de seguridad evitaron la pelea. A falta de 2,5 segundos para el final de un encuentro que los Suns ganaban cómodamente, Chriss le hizo una falta dura debajo del tablero a Biyombo, que se la cuestionó. Tras las discusiones y algunos golpes, ambos fueron expulsados. Tras la chicharra, volvieron los reproches y mucho gente ingresó a la cancha a separar.
Y en enero pasado, Doncic sí estuvo en la cancha en la derrota por 132-109 ante Phoenix en un juego en el que el europeo reclamó que un fanático de los Suns sea expulsado del estadio. El entrenador de Dallas, Jason Kidd, criticó a su equipo por perder la concentración, algo que Luca pareció adjudicar a la hostilidad sufrida. El hincha estaba sentado en la segunda fila, detrás del área de prensa de la mitad de cancha, y el juego todavía estaba parejo al final de aquel tercer cuarto. Luego, ya no fue lo mismo.
“¡Luka, estás cansado! ¡Súbete a una cinta mecánica!”, le gritó el fanático. Doncic de dio vuelta, lo miró fijamente durante unos segundos y cuando volvía a defender alertó al vicepresidente de seguridad de los Mavs, Brian Kinzig, con un gesto para que lo expulsaran. Y en el descanso, insistió: volvió a señalar al aficionado y reclamó que lo quitaran de ahí. Finalmente, el muchacho se retiró al llegar a su lado un miembro del personal de seguridad. “Nunca haría expulsar a un aficionado que pagó su entrada, pero me estuvo maldiciendo durante toda la primera mitad. Tuve suficiente”, explicó luego.
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