Michel insta a dar más armas a Kiev porque «derrota de Ucrania no es una opción»

Estrasburgo (Francia), 15 mar (EFE).- El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó este miércoles que «la derrota de Ucrania no es una opción» e insistió en que el país «necesita munición para defenderse» de la agresión de Rusia, que «no ha dejado de escalar la guerra».

«Ucrania necesita munición para defenderse y, por eso, hemos trabajado en la propuesta de la primera ministra estonia, Kaja Kallas, de organizar compras conjuntas para aumentar el ritmo de nuestras entregas a nuestros amigos ucranianos», dijo Michel en el pleno del Parlamento Europeo, ante el que reafirmó el «pleno» apoyo de la UE a Kiev «todo el tiempo que sea necesario».

Y es que, recalcó, «la derrota de Ucrania no es una opción».

Para poner en práctica la ayuda a Ucrania en entregas de armamento, el político belga destacó el «plan concreto» elaborado por el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

Ese plan incluye un aumento de 2.000 millones de euros para el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP), de los cuales la mitad se destinaría a reembolsar parcialmente a los países que pueden donar municiones a Ucrania de sus propias reservas y el resto iría a la adquisición conjunta de nuevas municiones.

«Para ganar la paz, debemos reforzar nuestra defensa y nuestras capacidades», recalcó el presidente del Consejo, quién recordó que solo tres días después del ataque ruso a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, los Veintisiete tomaron la decisión de entregar armas y municiones a Ucrania.

Y esa decisión, según Michel, marcó «un cambio de paradigma»: «Creo que fue el nacimiento de nuestra defensa europea», señaló.

«Reforzar nuestra defensa europea significa desarrollar nuestras capacidades industriales y esto es urgentemente necesario para apoyar a Ucrania», que se encuentra armamentísticamente en desventaja con respecto a Rusia, añadió.

Se espera que el FEAP desempeñe un papel clave para acelerar la producción y entrega de munición a Ucrania.

Los ministros de Defensa de los Veintisiete debatieron la semana pasada en una reunión informal en Estocolmo un plan de tres vías.

La primera plantea la entrega a Ucrania lo antes posible de las reservas de munición de 155 milímetros que ya tengan los países o que ya hayan encargado a la industria. Para ese paquete, Borrell ha propuesto usar 1.000 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz.

La segunda vía del plan implica garantizar a los países que sus arsenales se repondrán rápidamente y para ello se contempla que la Agencia Europea de Defensa desarrolle un proyecto en el que viene trabajando para realizar compras conjuntas de munición de 155 milímetros en empresas del club comunitario. Borrell propuso otros 1.000 millones de euros del FEAP para ese segundo pilar.

«Nos gustaría ver una escalada hacia la paz, pero Rusia no ha dejado de escalar la guerra», lamentó el presidente del Consejo Europeo, quien aseguró que bastaría con que el Kremlin retirase sus tropas de Ucrania para que acabase la guerra.

Pero, añadió, «por desgracia, no vemos ninguna señal del Kremlin en este sentido. Y a pesar de ello, seguimos librando una batalla por la paz. La batalla diplomática».

Recordó, en ese terreno, que la UE trabaja «duro» para «reunir a la comunidad internacional en torno a los esfuerzos de paz», y aunque la última resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas para que Rusia retire sus tropas de Ucrania fue respaldada por «una abrumadora mayoría» de países, aún queda mucho por hacer.

«Esa votación es alentadora, pero la labor de convencer a los demás sigue siendo extremadamente ardua», reconoció.

Aprobada el pasado 23 de febrero, la resolución de la ONU exige la retirada «inmediata» de las tropas rusas de Ucrania y cosechó un total de 141 votos a favor y 7 en contra, mientras que 32 países se abstuvieron.

La resolución fue finalmente copatrocinada por 75 países, entre ellos todos los de la Unión Europea, Estados Unidos y varios latinoamericanos (Chile, Ecuador, República Dominicana y Uruguay).

Como en las anteriores resoluciones, votaron en contra los aliados más firmes de Rusia (Bielorrusia, Corea del Norte, Eritrea, Mali, Nicaragua y Siria) y se abstuvieron, entre otros, China, India, Sudáfrica, Cuba y una mayoría de países africanos.

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