Javier Benitez
Al presidir una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que hoy en día se puede contemplar otra humillación de Alemania, cuyo Gobierno obedeció incondicionalmente la decisión de Washington de desplegar misiles estadounidenses de alcance medio en el territorio alemán.
Sumisión a la europea
Lavrov afirmó: «[El canciller] Olaf Sholz dijo inocentemente: EEUU decidió desplegar sistemas de ataque de alta precisión en Alemania, y esta es una buena decisión». En este sentido, el jefe de la diplomacia rusa destacó que los funcionarios del país norteamericano saben que no es su nación la primera que sufrirá en una nueva guerra global, sino sus aliados en el Viejo Continente. «Los europeos deben darse cuenta del papel suicida que les espera», concluyó el canciller ruso.
Lavrov enfatizó al respecto que la Casa Blanca ha hecho todo lo posible por dinamitar los cimientos de la cooperación energética mutuamente beneficiosa, tanto entre Rusia y Alemania, como entre Rusia y demás países europeos.
«Parecía que los países europeos tenían independencia antes del conflicto en Ucrania. Alemania crecía con una fuerza sorprendente debido a la venta de gas ruso y a las propias cualidades del pueblo alemán. Pero desde que se inicia el conflicto, EEUU obliga a Europa a sancionar a Rusia, incluso en contra del propio interés nacional [alemán] al destruir la cooperación energética [entre Moscú y Berlín]», observa la profesora de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco de México, Ana Teresa Gutiérrez del Cid.
Según la analista, «lo más grave en este momento para la situación geopolítica es [la decisión de] albergar [en territorio alemán] armas estadounidenses muy letales». «Esto demuestra que, en realidad, [los europeos] eran países ocupados por el armamento de la OTAN, por las bases militares, que básicamente están en Alemania. Y esto no sé si lo alcanzan a ver sus dirigentes, que [ubicar misiles estadounidenses de largo alcance en Europa] no obedece a los intereses nacionales de los países europeos, sino a los intereses de compañías transnacionales».
«Al parecer, este globalismo ha llevado a los líderes europeos a olvidar su suelo patrio y a sacrificar el interés nacional. Porque es muy evidente en Alemania, que hasta hace poco era la primera potencia europea, y también se ve en Francia, que [el presidente, Emmanuel] Macron obedece a los intereses de la banca Rothschild. Lo que no se entiende es cómo los europeos están dispuestos a ir a una nueva guerra y no traten de cancelar esta posibilidad. Y al contrario, a líderes como el húngaro [Viktor] Orban lo critican y al líder eslovaco [Robert Fico] intentaron asesinarlo. Es muy lamentable toda esta situación», concluye Gutiérrez del Cid.
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