La respuesta de Rusia a la decisión de Estados Unidos de suministrar municiones de racimo a Ucrania será muy seria, dijo este 7 de julio a Sputnik Grigori Karasin, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara alta del país euroasiático.
Luego de que el Pentágono anunciara un nuevo paquete de respaldo militar para Kiev que incluye el suministro de bombas de racimo, desde Moscú volvieron a emitirse las alertas por esa acción, que llevaría a una escalada más del conflicto ucraniano.
«Un nuevo paso hacia la escalada de la situación en torno a Ucrania, a la que la respuesta [de Rusia] será muy dura. Espero que la comunidad internacional tome conciencia de la situación, que es cada vez más alarmante y suscita serias preocupaciones sobre hacia dónde se está degradando el conflicto», declaró el senador Karasin.
Las bombas de racimo son un armamento considerado de alta peligrosidad para las Naciones Unidas y están prohibidas en más de un centenar de países.
A su vez, el senador ruso Serguéi Tsekov alertó a Sputnik que el uso de municiones de racimo podría provocar la muerte masiva de civiles. «Esperemos que nuestras Fuerzas Armadas eliminen las municiones antes de su uso», señaló.
La Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada en 2008, es el único tratado internacional vinculante que prohíbe el uso de estas armas. Hasta ahora más de 100 países se han adherido al acuerdo, pero todavía no forman parte Estados Unidos, Rusia, China, la India, Irán, Pakistán, Turquía, Corea del Norte, Corea del Sur y Ucrania.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, también ha dicho que la transferencia de esta clase de municiones a Kiev por parte de Washington sería un paso más hacia la escalada del conflicto. Austria también se pronunció en contra del suministro de bombas de racimo a Ucrania porque ese tipo de munición representa un peligro a largo plazo para la población civil, declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg.
El uso de bombas de racimo a Ucrania fue condenado incluso por Washington en febrero de 2022. La exportavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que su utilización era «un crimen de guerra». Sin embargo, conforme avanzó el conflicto en Ucrania, el país norteamericano fue cambiado su postura, hasta el punto de ahora considerar a esta munición como algo necesario para las tropas de Volodímir Zelenski.
Las bombas de racimo, también llamadas cluster, de dispersión o fragmentación, son lanzadas en caída libre y contienen un dispositivo que, al abrirse, libera a su vez miles de pequeñas minibombas que se dispersan en un radio de hasta 400 metros.
(Sputnik)
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