PEKÍN (Sputnik) — El portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, sugirió beber el agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima a cualquiera que confíe en que sea apta para su consumo.
El 7 de julio, el OIEA anunció que el plan de Japón de verter agua radiactiva procesada al océano es seguro y que no hay mejor opción para lidiar con la enorme acumulación de aguas residuales recolectadas después del desastre nuclear de Fukushima en 2011.
«Si hay algunas personas que creen que el agua contaminada radiactivamente de Fukushima es potable y que se puede nadar en ella, entonces recomendamos a la parte japonesa que empiece a utilizar esta agua, que se la dé a beber a estas personas o que naden en ella, pero que no la viertan en el océano, causando preocupación a la comunidad internacional», declaró el vocero.
También señaló que Japón no puede tomar decisiones sobre el vertido del agua al océano basándose en las evaluaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) porque existen desacuerdos entre los expertos implicados.
Japón planea empezar a verter el agua al mar este verano a un kilómetro de la central nuclear.
El 11 de marzo de 2011, varios reactores de la central nuclear de Fukushima, operada por la empresa TEPCO, explotaron al quedar fuera de servicio el sistema de refrigeración debido a un terremoto de magnitud 9,0 y un tsunami. Toneladas de agua que se usaron para enfriar los reactores se almacenan actualmente en unos 1.000 tanques gigantescos de la planta.
Japón afirma que el agua vertida tendrá un nivel de radiactividad por debajo del umbral fijado por la Organización Mundial de la Salud, y, por lo tanto, no supondría un peligro para la salud humana ni para el entorno.
El tema de la manipulación del agua contaminada se ha estudiado desde 2013. Entre otras variantes, se analizaron las de mezclarla con cemento y colocar esa mezcla bajo tierra, hermetizándola con hormigón, separar el hidrógeno mediante la electrólisis, etc.
Finalmente, el Gobierno japonés optó por verter el agua al mar, diluyéndola previamente, con tal de que la concentración del tritio sea de 1.500 becquerelios por litro, o sea, 40 veces más baja que la norma establecida en Japón para descargar agua al mar de las centrales atómicas en explotación, que equivale a 60.000 becquerelios por litro.
Según los datos del Ministerio de Industria nipón, la radiactividad del tritio en los 1,25 millones de toneladas de agua acumuladas en Fukushima 1 es de 860 billones de becquerelios. Antes de producirse la avería, la central vertía anualmente al mar agua con un contenido de tritio de 2,2 billones de becquerelios.
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