Reforcemos los valores y construyamos una cultura de paz

Por Valentin Piña del Rosario

En mis escritos no acostumbro a escribir historia, más bien trato un tema con la intención de modificar conductas o mover a la gente a reflexión. Sin embargo, pido su anuencia para que esta vez me permitan contar algo, que aumenta mi preocupación sobre los niveles de violencia imperante en nuestro país.

En la tarde de ayer esperaba a una persona en la carretera Mella frente a Megacentro, el transito no estaba tan fluido a esa hora, pero los pocos vehículos que transitaban lo hacían a alta velocidad, lo que hacia riesgoso cruzar esa vía.

Dos jóvenes estaban en la parte central de la calle intentando cruzar desde Megacentro al otro lugar, un chofer caballeroso, prácticamente en el medio de la vía, se detiene y les da paso a las damas, se disponen a cruzar apareció un sujeto por lado izquierdo y por centímetros no las impacta, de inmediato comienzan las quejas de quienes fuimos testigos de ese momento y verán lo que sucedió-

El Hombre para darle una categoría que su comportamiento no le otorgo, lanzo una serie de improperios que no creo que exista un pozo de agua residual que tenga tanta podredumbre, creo que a quien le llego de cerca ese desecho verbal, tiene que tener una infección peor a la provocada por el cólera que afecto al país a mediado del siglo pasado.

Pero más que las malas palabras vertidas por ese energúmeno, lo que más me preocupo fue que iba acompañado de una dama y dos niños y que también se sumaron al vendal de obscenidades, lo que me hizo preguntarme ¿de qué selva habían salido? Y más aún, ese ejemplo dice lo que serán esos niños cuando sean adultos, si esas son las huellas de su padre por donde deban pisar, ruego a Dios que no lo sea, porque deben ser dignos de un mejor padre.

Señores pongámonos a tono para que hagamos una cruzada para construir una cultura de paz, esto no puede seguir así,

Si aparece alguien con sangre caliente y responde al mismo nivel de violencia con que respondió esa basura humana, pudo haber provocado una desgracia, pero lo peor es que ese sujeto no quiso entender que actuó de una forma que dista de una persona civilizada y que errar es de humano, pero que rectificar es para personas nobles.

Vuelvo a retomar el titulo de uno de mis artículos de meses pasados No quiero gente violenta cerca de mí, ni de mi familia.

Ojalá y ese señor pueda leer este articulo y en frio piense en la impresión que creo para toda la gente que lo vio con su bravuconería, y una joven dijo,” y eso cualquiera que lo ve tan elegante puede pensar que es una gente.”

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