Privatización del Pentágono y simultánea militarización de Silicon Valley, Wall Street y el dólar

Por Alfredo Jalife-Rahme

El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, exmiembro del Consejo Directivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon, lanzó la Oficina de Capital Estratégico para atraer capitales privados de Wall Street en apoyo a la ‘seguridad nacional’ centrada en la ‘tecnología crítica’ y la ‘cadena de suministros’. EEUU se siente acorralado por China y Rusia.

Hoy, en la fase post-Ucrania y con el lastre a cuestas del genocidio de Israel en Gaza, EEUU, en su fase de acelerado declive —cuando hasta su gran aliado el think tank Chatham House vaticina su implosión— solo ostenta una ventaja en tres rubros: 1) Su «guerra de propaganda», casi oligopólica a escala global, que hasta el presidente Putin reconoció en su ya clásica entrevista con el máximo comunicador estadunidense Tucker Carlson; 2) La supremacía del dólar que ya inició su fase de desdolarización irreversible, como expuse en mi reciente libro Nuevo Orden Geofinanciero Multipolar: Desdolarización y Divisa BRICS»; y 3) La Computación Cuántica.

Biden ha sufrido dos tremendas derrotas: su humillante retirada de Afganistán y el fracaso de su estratagema en Ucrania que define, a mi juicio, el Nuevo Orden Mundial a favor de la multipolaridad policéntrica y en detrimento de la unipolaridad globalista, sin contar el indeleble epílogo meta-histórico del genocidio en Gaza que ha mancillado por su codependencia y complicidad tanto a Israel como a Washington.

Ya desde el año pasado, en los súper estratégicos rubros de tecnología de punta, China aventajaba azorantemente a EEUU,  en 37 de los 44 rubros evaluados. EEUU solamente destaca en la computación cuántica.

Sería un grave error de juicio, nada aplicable al restante de los países del planeta por sus idiosincrasias específicas, intentar separar en el sistema estadunidense del poder tan sui generis, el dominio «público» del poder «privado» que, en realidad, conforman un solo sistema indivisible e irrepetible en otros lugares del mundo por las características propias y fundacionales del propio EEUU —que hasta recuerda el libro del siglo XVIII de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville, que anticipó 70 años antes la «mano invisible» de Adam Smith, cuyo subtítulo lo dice todo y que representa el paroxismo del modelo capitalista y su indisociable e inseparable binomio publico/privado: Vicios Privados, Virtudes Públicas.

Mas allá de los Twitter Files —el control de la red social por operadores de CIA y FBI, según Elon Musk—, no se puede soslayar el Génesis, en espera de su Apocalipsis, del internet creado por el Pentágono mediante el DARPA cuando ahora el Departamento de Defensa ha retomado el control de Silicon Valley y sus poderosas trasnacionales cibernéticas mediante el DIB (Defense Innovation Board).

La interoperabilidad y simbiosis entre el Pentágono y la Bolsa de Valores de Wall Street fue obscenamente expuesta cuando el contralmirante John Poindexter, asesor de Seguridad Nacional del presidente Reagan, fue obligado a renunciar dos años después del supuesto montaje del 11/9 del 2001, debido a la divulgación de un «plan del Pentágono para manejar un mercado bursátil de futuros sobre el terrorismo»: «El plan era crear una oficina de bursatilización en línea que habría recompensado a los inversionistas que pronosticaran ataques terroristas, asesinatos y golpes de Estado».

Aunque suene inverosímil para los ignaros/desinformados/leguleyos, el Pentágono buscaba privatizar el terrorismo y los golpes de Estado, lo cual le hubiera dejado suculentos dividendos al poseer, como se dice en francés, los tenants et aboutissants (sus entresijos).

Uno de los graves errores de EEUU en la fase post-Ucrania consistió en haber «militarizado» a su otrora omnipotente dólar que, con sus aliados, confiscó los más de 300.000 millones de dólares de reservas de Rusia en la banca occidental, y, además, asestó deletéreas sanciones que provocaron un efecto bumerán debido a la triple alza de los hidrocarburos, los alimentos, y los fertilizantes, donde salieron dañados los países europeos y a EEUU le impactó con su todavía incoercible inflación —sin contar que aceleró la desdolarización en beneficio de los BRICS.

Es todo un tema que merece una enciclopedia especializada abordar los frecuentes faltantes multimillonarios en las cuentas del Pentágono, curiosamente manipuladas por sus magos contralores y auditores, que de facto han privatizado sus agujeros negros contables mediante su irremediable pago por los sacrificados ciudadanos desinformados y/o intoxicados por la propaganda negra de los multimedia de EEUU.

Dejo de lado la reciente evaluación paranoica de Rand Corporation sobre la competencia de Rusia y China frente al declive de EEUU, para no decir de todo Occidente, como demuestra impecablemente el pensador francés Emmanuel Todd en su reciente libro La Derrota de Occidente.

Se demuestra así que el modelo de la militarización de Wall Street y Silicon Valley, no se diga del dólar estadunidense, concomitante a la privatización del Pentágono, no es nada nuevo, sino que proviene de la Fábula de las Abejas del anglo-holandés Bernard de Mandeville.

Cabe señalar que el general Lloyd Austin personifica perfectamente la tendencia del Pentágono, ya que fue miembro del consejo consultivo de la omnipotente vendedora de armas Raytheon (hoy RTX). que está haciendo su agosto con la venta de armas en Ucrania y en Gaza y que, de paso, participa sustancialmente en el crecimiento del PIB estadounidense.

Desde diciembre de 2022, el hoy secretario del Pentágono Lloyd Austin lanzó la Oficina de Capital Estratégico (OCE) para «atraer y escalar (sic) el capital privado en apoyo a la seguridad nacional».

En forma tramposa, el mandamás del Pentágono aduce que «EEUU está en una competencia global por el liderazgo en tecnologías críticas. Hoy en día, el capital privado financia la gran mayoría de la tecnología crítica y las cadenas de suministro que necesita el Departamento de Defensa. En consecuencia, el capital privado es un recurso vital para el Departamento y una fuente clave de ventaja comparativa de EEUU en la competencia tecnológica. Por lo tanto, trabajar con proveedores de capital es un imperativo de seguridad nacional».

Como si lo anterior fuera poco, la misma OCE difunde que el Dr. William LaPlante —con todo un historial impactante desde Draper Laboratory, pasando por MITRE National Security, hasta Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory (APL)—, se reunió el 5 de marzo en la ciudad de Nueva York con una «amplia gama de firmas de capital privado y de funcionarios prominentes del sector financiero para discutir la participación en el mercado (¡super-sic!) de defensa y las oportunidades para la colaboración», donde destacó su reunión con el anterior alcalde de Nueva York y multimillonario Michael Bloomberg, con quien discutió «prioridades y temas de adquisición y mantenimiento que incluyen la ciberseguridad, la base industrial de defensa y la aviación comercial» con el fin de implementar la Estrategia de Defensa Industrial Nacional.

¡Bernard de Mandeville sigue más vivo que nunca en el Pentágono tres siglos más tarde!

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