La reciente filtración de documentos secretos del Gobierno estadounidense ha demostrado que los ciudadanos del país tienen motivos de sobra para dudar del «panorama optimista» que les pinta la Administración Biden sobre los combates en Ucrania. Así lo cree el exanalista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense George Beebe.
Beebe escribe que Biden no debe repetir los errores de Vietnam e Irak y ocultar la situación real a los estadounidenses.
La Administración del presidente estadounidense lleva más de un año pintando «una imagen brillante» de la situación en Ucrania para el público estadounidense: tanto Biden como sus subordinados insisten en que los combates deben terminar con una derrota estratégica de Rusia y un «final feliz» para EEUU y sus aliados, asegura Beebe en su artículo para Responsible Statecraft.
Al mismo tiempo, señala que la filtración de documentos secretos del Gobierno estadounidense hace dudar de esta versión. Pues en caso de que estos materiales sean verdaderos, sugieren que EEUU se ha acercado mucho más a un conflicto directo con Moscú de lo que Biden está dispuesto a admitir, y las posibilidades de victoria de Ucrania no son tan altas como afirma la Administración del presidente.
El autor pone el foco en que los documentos revelaron el pobre estado de las tropas ucranianas, que han perdido una parte importante de sus combatientes más experimentados, tienen graves problemas tanto de preparación como de reabastecimiento y casi han agotado sus reservas de misiles antiaéreos para defenderse de los ataques aéreos rusos.
Mientras tanto, a pesar de que Occidente ha hecho todo lo posible para ayudar a los ucranianos, simplemente no dispone de tantos proyectiles de artillería, medios antitanque y sistemas de defensa antiaérea que le permitan apoyar a Kiev indefinidamente, y tampoco es capaz de ampliar la producción militar en un tiempo aceptable, subraya el experto.
En opinión de Beebe, todo esto sugiere que es improbable que la «largamente esperada» contraofensiva de las FFAA ucranianas conduzca a un éxito decisivo. La perspectiva de la transformación final de las hostilidades en Ucrania en un «conflicto por agotamiento» no augura nada bueno para Kiev, advierte Beebe.
«Las implicaciones del desgaste ucraniano son potencialmente graves. Si la contraofensiva no logra romper las defensas rusas, el Ejército ucraniano, que se está quedando sin reservas entrenadas, proyectiles de artillería y misiles de defensa antiaérea, podría ser vulnerable a nuevos avances rusos que, por primera vez en esta operación, cuentan con el apoyo de una campaña aérea sustancial», afirmó.
«En lugar de obligar a Putin a pedir la paz, la contraofensiva podría exponer las debilidades ucranianas», añadió.
Pero mientras Ucrania puede acabar «de rodillas», la Administración Biden no ha tomado prácticamente ninguna medida para preparar a la opinión pública estadounidense para la necesidad de un compromiso y, más aún, para el éxito del Ejército ruso en el campo de batalla, afirma Beebe.
Y puesto que el presidente estadounidense no ha establecido las bases para las negociaciones, tanto en el interior como en el exterior, es posible que al final tenga que elegir entre dos opciones igualmente indeseables, señala el autor.
«Ver fracasar a Ucrania, a pesar de todas sus promesas de evitar tal colapso, y escalar la implicación de EEUU y la OTAN de tal manera que podría llevar a esa confrontación militar con Moscú que juró evitar», según el experto.
Los ciudadanos estadounidenses no tienen ni pueden tener acceso a información sensible que pueda dañar la seguridad nacional de EEUU, pero tienen todo el derecho a esperar que las declaraciones públicas del Gobierno sean coherentes con lo que las autoridades saben por los informes de inteligencia, resume el analista.
«Al igual que ocurrió en Vietnam e Irak, la verdad sobre el conflicto acabará saliendo a la luz. Si estos dolorosos episodios sirven de guía, es poco probable que los votantes reciban con agrado la noticia de que han sido engañados una vez más en Ucrania», subrayó Beebe.
El 6 de abril, medios de comunicación informaron que el Pentágono estaba investigando unos materiales filtrados en las redes sociales, en los que se describía el estado de las tropas ucranianas y los planes de Estados Unidos y la OTAN para reforzarlas.
The New York Times señaló que los documentos, fechados a principios de marzo, circulaban supuestamente por canales de Telegram rusos progubernamentales. Preguntado por la filtración, desde el Kremlin afirmaron que Moscú no tenía dudas sobre la implicación directa o indirecta de EEUU y la OTAN en el conflicto.
El 13 de abril, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) arrestó a Jack Douglas Teixeira, de 21 años, miembro de la Guardia Nacional de la Fuerza Aérea de EEUU, por su presunta participación en la filtración de documentos clasificados del Gobierno y militares de EEUU.
Sputnik
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