Redacción Deportes (EE.UU.), 28 feb (EFE).- Tiene 39 años y ya lleva 21 temporadas en la liga, pero LeBron James no se cansa de dejar a todos con la boca abierta y este miércoles firmó una obra maestra para que Los Angeles Lakers, que perdían de 21 puntos al empezar el último cuarto, sellaran una remontada memorable ante sus vecinos y rivales de los Clippers (112-116).
LeBron deslumbró con 34 puntos (13 de 21 en tiros de campo, impresionante 7 de 12 en triples), 6 rebotes y 8 asistencias, pero lo más espectacular fue su incendiario último cuarto con 19 puntos y un brutal 5 de 8 desde el perímetro que despertó a los Lakers tras tres periodos en los que habían sido muy inferiores a los Clippers.
«El partido no se acaba hasta que no ves los dobles ceros ahí arriba (en el reloj)», dijo LeBron nada más acabar el encuentro a la retransmisión de ESPN.
El máximo anotador de la historia de la NBA, quien defendió a Kawhi Leonard el tiro de los Clippers para forzar la prórroga, se encuentra a solo 40 puntos de llegar a los 40.000 tantos en total en su trayectoria.
Esta es la cuarta mayor remontada para LeBron en toda su carrera. Además, los Lakers no conseguían una remontada tan amplia en el último cuarto desde 2003.
El alucinante hundimiento de los Clippers en el desenlace fue tal que solo LeBron metió más puntos que ellos en ese último cuarto (descomunal 16-39 para los Lakers).
Con un 3-1 esta campaña, los Lakers ganaron por primera vez su serie ante los Clippers desde la temporada 2011-2012.
Con Cam Reddish de vuelta, los Lakers también contaron con 20 puntos y 12 rebotes de Anthony Davis y aportaciones claves en el desenlace de D’Angelo Russell (18 puntos y 6 asistencias) y Rui Hachimura (17 puntos). Todo el quinteto de Darvin Ham sumó dobles dígitos de anotación.
Este era el primer partido de siete seguidos para los Lakers (32-28, novenos en el Oeste) en Los Ángeles y el jueves tendrán un duelo muy asequible ante los Washington Wizards, hundidos con 12 derrotas seguidas.
Pero después llegan las curvas con cinco contrincantes temibles: los Denver Nuggets, los Oklahoma City Thunder, los Sacramento Kings, los Milwaukee Bucks y los Minnesota Timberwolves.
Salvo que se crucen en el ‘playoff’, este fue el último partido en casa de los Clippers contra los Lakers en el Crypto.com Arena (previamente Staples Center) antes de mudarse al Intuit Dome, su nuevo estadio.
Los dos equipos angelinos habían compartido hogar desde la temporada 1999-2000.
Kawhi Leonard (26 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias) y James Harden (23 puntos y 9 asistencias) fueron los mejores de unos Clippers sin Paul George.
Dominio de Clippers hasta el despertar de LeBron Parecía un buen día para que Davis sacara el látigo en la zona con Ivica Zubac fuera por enfermedad y con Mason Plumlee y Daniel Theis en el juego interior de los Clippers.
El pívot metió 8 puntos en el primer cuarto pero también sumó 2 faltas. Frente a los Lakers se elevó además Kawhi, muy activo con 10 puntos que le dio a su equipo la ventaja al cerrar el periodo inicial con un palmeo sobre la bocina (30-29).
Los de púrpura y oro se habían tropezado con 5 pérdidas de balón en los 12 primeros minutos pero la situación no mejoró en el segundo acto.
El principal responsable fue Harden, extraordinario en el segundo cuarto con 16 puntos y que se dedicó a perforar a su antojo la frágil defensa de los Lakers.
El equipo de Darvin Ham empezó a caerse a pedazos: sin intensidad ni energía en ambos lados de la cancha, con 9 pérdidas al descanso, con un ataque mustio…
El 66-52 al intermedio dejó clara la superioridad de los Clippers tras una mitad de asombrosa falta de puntería en ambos equipos desde el perímetro (6 de 33 entre los dos).
Daba la impresión de que el +20 para los Clippers estaba a la vuelta de la esquina. Pero en la reanudación despertaron los Lakers con un parcial de 0-8 y dos canastas seguidas de Austin Reaves tras dos robos (71-62 a falta de 8.24).
Parecía el momento ideal para que los Lakers dieran un zarpazo desde la defensa, pero el viento volvió a soplar en su contra, se enredaron en varios errores y los Clippers volvieron a crear un colchón muy amplio (81-63 con 6.18 en el reloj).
La situación se repitió en varias ocasiones: los Lakers intentaban acercarse pero los Clippers les sacudían y les comían la moral. El mejor ejemplo de ello fue un triple sobre la bocina de Norman Powell que parecía dejar el partido medio resuelto antes del último cuarto (96-77).
Pero con LeBron en la cancha nada está asegurado. «King James» desató una racha furiosa de triples y la defensa de los Clippers se derrumbó como un castillo de naipes ante un huracán.
El parcial fue de escándalo: un humillante 10-29 en ocho minutos para que los Lakers empataran el marcador (106-106) impulsado por un LeBron que lo metía prácticamente todo desde el perímetro.
Tras jugar con la defensa de los Clippers como una marioneta en sus manos (siempre conseguía el defensor más débil), LeBron también resolvió con precisión cuando Tyronn Lue ordenó dos para uno. Entonces Hachimura y Russell aparecieron con acierto y dieron un +6 a falta de 1.12 (108-114).
Kawhi le dio emoción con dos canastas seguidas y tuvo un tiro más para forzar la prórroga, pero LeBron le cerró la puerta y puso la rúbrica a una noche mágica para una carrera legendaria repleta de veladas inolvidables.
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