Que no haya masacre en el Masacre

Guillermo Caram 

El nombre Masacre al río Dajabón se debió a matanza de franceses por tropas españolas en siglo XVII. La RAE define masacre como “matanza de personas, por lo general indefensas…por ataque armado…”.

Para que ahora no haya masacre en el Masacre requiérese modificar actitudes y procederes.

Requiérese reabrir comercio para que haitianos puedan adquirir productos para sus necesidades. De lo contrario, agravará presiones fronterizas o el contrabando se encargará de satisfacerlas.

El cierre comercial nos afecta tanto o más que a haitianos. Menos exportaciones y producción aumentarán desempleos y quiebras. Mayores gastos aumentaran déficits fiscales. Diluirá nuestra imagen internacional de proveedor confiable ante contratos suscritos entre empresas de una nación que insumen productos de otra.

Requiérese abandonar ingenuidad, ligerezas profesionales y negligencias institucionales. Aceptaron se manipulación semántica haitiana en reuniones bilaterales. 2021: que no iban a desviar río obviando sustracción de agua por el canal. Este siguió construyéndose imperturbablemente, ante nuestras narices, sin denunciarlo; hasta que intentaron conectarlo al río.

Carece de razonabilidad convertir un conflicto focalizado en problema nacional; agravando las tradicionalmente tensas relaciones dominico-haitianas.

Estos yerros requieren rectificación propia de sabios.

Dirimir este conflicto no se viabiliza con estridencia mediante espectáculos mediáticos, discursos enardecidos ni movimientos militares; ni drasticidad migratoria manifestada en deportaciones por demás divulgadas oficialmente.

Estridencias y drasticidades que no nos ayudan ante una comunidad internacional a la que constantemente reclamamos.

Requiérese dejar de subestimar Gobierno haitiano, recurrentemente habilidoso. Lo consideramos fallido, pero no actúan como si lo fuera: Nos han cerrado frontera por razones sanitarias. Su canciller “convoca” nuestro embajador sin que hayamos hecho lo propio.

Han obtenido resultados haciéndose fallidos. Se victimizan para conseguirlos y colocarse a la ofensiva. Simulan retorno migratorio, pero regresan. Reculan y adelantan: Autoridades desentiéndanse del canal, pero luego lo defienden.

Hacen creer que somos los hostiles amparándose en nuestros pronunciamientos. militarización y deportaciones. Ganan relevancia “abanderando” un diálogo aprovechando nuestras erradas percepciones.


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