Moscú. En el segundo día, el más importante por el programa oficial, de la visita de Estado que llevó a cabo el presidente de China, Xi Jinping, el huésped y su anfitrión, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, refrendaron ayer la intención compartida de mostrar a su enemigo común, Estados Unidos, que forman un frente común al asumirse como ejes de un mundo multipolar, ajenos a presiones externas, y al comprometerse a impulsar la cooperación económica en sectores claves hasta 2030.
Las conversaciones de los mandatarios, tanto en formato reducido como ampliado de las delegaciones, concluyeron con la firma de 14 documentos, entre ellos sobresale una declaración acerca de la voluntad de Rusia y China de “ahondar las relaciones de asociación integral y de interacción estratégica, que entran en una nueva era”.
En contra de lo que sugerían como un hecho algunos funcionarios en Washington, no se concretó ningún contrato de venta de armamento chino ni convenio en materia de cooperación militar.
Ambicioso proyecto de gasoducto
Entre los proyectos más llamativos figura el acuerdo –ya amarrado, según reveló Putin ayer– para construir los 2 mil 600 kilómetros que tendrá el gasoducto Fuerza de Siberia 2, el cual unirá la red energética rusa con la china a través de Mongolia. En un futuro aún por definir se fija como meta suministrar 50 mil millones de metros cúbicos de gas al año que, por la política de sanciones, dejó de importar la Unión Europea.
Junto con la anterior tubería Fuerza de Siberia 1, que alcanzará su capacidad total de 38 mil millones de metros cúbicos de combustible azul en 2027, ambos gasoductos no llegarán ni a la mitad de los 200 mil millones de metros cúbicos que consumían anualmente los países europeos, pero en el medio plazo representarán un ingreso nada desdeñable para Rusia.
Antes de la cena de Estado, los presidentes hicieron un balance de sus conversaciones ante la prensa. “Acabamos de sostener negociaciones muy francas, amistosas y productivas”, expresó al tomar la palabra Xi, coincidiendo con lo dicho en términos similares por Putin, y agregó: “gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, las relaciones ruso-chinas se desarrollan de modo sostenido y muestran un sano dinamismo. Entre nuestros países se profundiza la confianza mutua en materia política, se multiplican los intereses comunes”.
Aunque no estaba prevista una sesión de preguntas, todos los periodistas y quienes siguieron por televisión la comparecencia de los presidentes querían conocer la opinión de Putin sobre la iniciativa de paz presentada por China al cumplirse el primer aniversario de la guerra en Ucrania, debatida a fondo el lunes en la reunión “cara a cara” de los mandatarios.
El comentario, obligado a la luz de lo que está pasando en los campos de batalla del otro lado de la frontera, resultó esperanzador: “Creemos que muchas de las disposiciones del plan de paz esbozado por China coinciden con los enfoques de Rusia y pueden servir de base para una solución pacífica cuando Occidente y Kiev estén dispuestos (a sentarse a negociar)”, puntualizó el titular del Kremlin.
Al mismo tiempo, Putin dio a entender que no es momento adecuado para hablar de paz al mencionar que “los planes (de Gran Bretaña) para suministrar proyectiles con uranio empobrecido a Kiev indican que Occidente decidió luchar contra la Federación Rusa hasta el último ucranio, no con palabras, sino con hechos”.
Por ese motivo, Rusia “se verá obligada a responder al suministro de uranio empobrecido a Kiev, ya que eso significa que Occidente comenzó a proporcionar armas con componente nuclear”, agregó.
El plan de paz de Pekín
Algunos expertos creen que a partir de los 12 puntos de la propuesta china, los cuales deben considerarse en su totalidad para lograr el fin de las hostilidades, es necesario que las partes beligerantes estén dispuestas a ceder en algo que satisfaga los intereses del otro.
La diplomacia china –que hace poco consiguió lo que se creía imposible: que los acérrimos enemigos Arabia Saudita e Irán aceptaran restablecer relaciones diplomáticas– tiene mucho trabajo por delante para convencer a rusos y ucranios de que hay que detener la guerra y negociar las condiciones para alcanzar la paz.
En este sentido, aunque se comenta de modo extraoficial que los anfitriones no quieren que lo haga desde territorio ruso, la mediación de Pekín debería tener como siguiente paso lógico que a la brevedad el presidente de China llame por teléfono a su homólogo ucranio, Volodymir Zelensky.
De acuerdo con Xi, China y Rusia acordaron “mejorar la planificación integrada al más alto nivel, intensificar el comercio de energía, recursos y productos eléctricos, aumentar la tolerancia de las cadenas de producción y suministro de ambas partes, ampliar la cooperación en tecnología de la información, economía digital, agricultura, seguir garantizando la continuidad de la logística y el transporte transfronterizo”.
A su vez, Putin anunció que Rusia ofrecerá facilidades a las compañías chinas que quieran establecerse aquí, ocupando los nichos de mercado que dejaron las empresas occidentales que decidieron irse. “Estamos listos para apoyar a las empresas chinas en el tema de la sustitución de las instalaciones de producción de las empresas occidentales que abandonaron Rusia”, indicó.
Al referirse a los energéticos, el presidente ruso, aparte de dar a conocer el acuerdo sobre el gasoducto Fuerza de Siberia 2, expresó que Rusia “está dispuesta a aumentar los suministros de petróleo ininterrumpidos para las necesidades de la economía china” y señaló que el gigante asiático “es ya el principal importador de crudo ruso”.
Recalcó que la agricultura se está convirtiendo en sector estratégico de la cooperación bilateral. “El comercio mutuo de productos agrícolas está creciendo a ritmo acelerado: el año pasado, aumentó en más de 41 por ciento”, informó, y dijo que “hay oportunidades para conseguir un incremento significativo de las exportaciones de carne, granos y otras categorías de productos a China”.
Putin se mostró optimista de que la balanza comercial este año “no sólo pueda llegar a 200 mil millones de dólares, sino que todo indica que va a superar esa meta fijada hace algún tiempo con nuestros amigos (chinos)”, comentó.
Juan Pablo Duch, corresponsal La Jornada
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