Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme
A dos días de la apoteósica cumbre del BRICS en Kazán –que se encamina ineluctablemente hacia un nuevo orden mundial civilizatorio/multipolar/policéntrico/ despolarizado (https://bit.ly/3NLCSDz)– y a 10 días de la telúrica elección presidencial en EU, Israel lanzó su cantada represalia contra Irán, 26 días después a la asombrosa ofensiva multimisilística persa donde brilló su precisión hipersónica.
Durante el interludio de tales 26 días de agonizante espera, se gestaron negociaciones tras bambalinas de EU para evitar el ataque israelí a las instalaciones nucleares y de hidrocarburos de Irán –lo cual desplomó 6 por ciento el precio del petróleo y subsume el acondicionamiento de un teatro kabuki (https://bit.ly/3WRnjQB) medio-oriental.
La represalia israelí constó de tres oleadas entre 100 y 124 bombarderos y aviones furtivos (Stealth) de ensueño F-15 y F-16: la primera destruyó los radares de avanzada de Irán en Siria e Iraq, lo cual contó con la obscena colaboración de EU; la segunda y tercera contaron con la aprobación de Jordania y las bases militares de EU en las afueras de Bagdad (Scott Ritter dixit; https://bit.ly/3NK4l8R), cuando la dupla Netanyahu/Yoav Gallant –que se notaban abatidos ante su nada exitoso desempeño– hubo supuestamente bombardeado y destruido radares, drones, misiles y fábricas de armamento ofensivo sofisticado en Elam/Ilam (frontera con Iraq), Khuzestan (que colinda con el golfo Pérsico) y en las afueras de Teherán (https://bit.ly/3A9qcUa).
La propaganda israelí, imitada por los multimedia occidentales que controla mediante su publicitaria “técnica Hasbara (https://bit.ly/47LDwcr)”, más las filmotecas hollywoodenses y Netflix, cataloga el operativo de gran triunfo punitivo, en el mero estilo talmúdico.
El eternamente mendaz Netanyahu enuncia ingratamente que EU no participó en la supuesta hazaña israelí y alardea haber destruido el arsenal de drones y misiles de Irán, mientras el jefe de Estado mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, advierte que si “Irán comete el error de lanzar otro ataque multimisilístico contra Israel, sabremos como golpear a Irán con capacidades que no usamos esta vez (https://bit.ly/4f4nEpn)”.
¿Cómo, entonces, podría Irán lanzar otro ataque multimisilístico si sus misiles y fábricas fueron ya destruidos, como miente Netanyahu?
A los iraníes no se les nota aniquilados, como alucina Netanyahu, cuando el brigadier general de los Guardianes de la Revolución Islámica, Mohammad Reza Naqdi, anuncia que “en los próximos días el mundo será testigo de otro golpe demoledor contra el régimen sionista (https://bit.ly/4foGsPX)”. El gobierno iraní expone que, salvo la destrucción de algunos radares que fueron inmediatamente reparados y cobraron la vida de cuatro mártires
, prácticamente la ofensiva israelí no les hizo ni cosquillas.
El ex diplomático británico Alastair Crooke (https://bit.ly/3UpHZNC) aduce que la ofensiva israelí fue un rotundo fracaso: los aviones furtivos Stealth israelíes no pudieron penetrar el cielo iraní cuando sus ataques fallidos provinieron desde Iraq a 70 kilómetros de Irán, resguardado por los sistemas de defensa rusos S-400, además de la guerra electrónica
que perturba las señales de los misiles atacantes provistos con GPS. Crooke conjetura, quizá con malicia, que Rusia haya provisto a Irán de sistemas de defensa antiaviones furtivos Stealth, lo cual significaría un enorme logro estratégico que califica de punto de inflexión
. Pareciera que en Tel-Aviv y Teherán están pendientes del resultado de las elecciones en EU el 5 de noviembre para ajustar sus miras y estrategias.
A mi juicio, sigue más consolidada que nunca la mutua deterrence: Irán, carente de bombas nucleares, y dotada de sus prodigiosos misiles hipersónicos que pueden destruir la planta israelí de Dimona frente a más de 300 bombas nucleares clandestinas de Israel. El límite de ambas deterrence es la inducción de una tercera guerra mundial nuclear entre EU y Rusia que ninguna de estas dos superpotencias desea.