Informe revela que República Dominicana funge como puente para el tráfico ilícito de armas luego de Estados Unidos
Entre los hallazgos del panel de expertos de las Organizaciones de las Naciones Unidas (ONU) que estuvo en Haití, se destaca el auge del tráfico ilícito de armas de fuego utilizadas por las bandas armadas que controlan y azotan el empobrecido país desde hace más de dos años.
El vacío institucional y de seguridad y los débiles controles de fronteras constituyen un entorno favorable para que los delincuentes, incluidos los narcotraficantes, intensifiquen sus actividades delictivas en Haití. En el informe, el panel reveló que Estados Unidos es el principal suplidor de armas de fuego de todo tipo, seguido de República Dominicana que funge como puente para el contrabando y vendedor directo de bandas peligrosas como la llamada 400 Mawozo.
«La mayoría de las armas de fuego y municiones en circulación en el país se fabrican o se adquieren originalmente en los Estados Unidos, y llegan a Haití directamente desde los Estados Unidos o a través de la República Dominicana», cita el documento.
Señala que los pandilleros pueden adquirir pistolas, escopetas y rifles semiautomáticos de 5.56 mm y la munición correspondiente del mercado ilícito haitiano o de la República Dominicana, pero las bandas más grandes han venido intentando adquirir material específico de los Estados Unidos usando canales directos, por ejemplo, la adquisición de armas de fuego de mayor calibre, incluidos fusiles antimaterial de 12.7 x 99 mm, ametralladoras ligeras y munición conexa u otros calibres poco comunes.
El seductor mercado de armas de Estados Unidos
El informe señala que, por su relativa proximidad, la presencia de una considerable diáspora haitiana, los precios bajos y los escasos controles de las adquisiciones realizadas hacen de los Estados Unidos una atractiva fuente de material para los portadores de armas de Haití.
El panel acotó que la gran mayoría de incautaciones realizadas por las autoridades de los Estados Unidos se han llevado a cabo en Miami, una ciudad que es uno de los principales puntos de salida de bienes en contenedores en dirección a Haití y, también, el único lugar de los Estados Unidos desde el que los barcos transportan bienes de segunda mano a granel a Haití. Estos buques salen de astilleros situados en el río Miami, que el Panel visitó, y se han usado para traficar armas y munición a Haití.
Indicó que, ante esta situación, las autoridades de los Estados Unidos han reforzado los controles y han incautado diversas armas y municiones que se dirigían a Haití por mar y aire. Citó que entre enero de 2020 y julio de 2023, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos interceptó 15,938 cartuchos de munición de varios calibres, así como 35 receptores y 59 armas, incluidas 45 pistolas, una escopeta, 12 rifles y una ametralladora.
Armas ilegales salen más caras en República Dominicana
El panel indicó que, aunque la mayoría del tráfico de armas no se detecta, las incautaciones de autoridades dominicanas y haitianas han realizado recientemente varias incautaciones en sus respectivos lados de la frontera.
Indicó que estos casos a menudo incluyen material adquirido originalmente en los Estados Unidos y traficado hacia el mercado ilícito de la República Dominicana.
«Pese a ser menos lucrativo que las importaciones directas procedentes de los Estados Unidos, adquirir material del mercado ilícito dominicano sigue siendo una opción atractiva. Un rifle semiautomático de 5.56 mm que cuesta entre 500 y 700 dólares en los Estados Unidos puede venderse por unos 2,500 dólares en la República Dominicana o entre dos y tres veces esa cantidad en Haití».
Los expertos de la ONU aseguraron, de manera particular, que varias bandas, en particular «400 Mawozo», cuyo territorio es el más cercano a la frontera, «están usando a traficantes dominicanos para adquirir armas de fuego y municiones».
Otros casos investigados por el Panel incluyen detalles de redes que utilizan a oficiales corruptos, incluidos agentes de policía, funcionarios públicos y familiares de las autoridades locales, para facilitar el flujo del tráfico a través de la frontera. En la mayoría de los casos observados por el Panel, el tráfico ilícito se realiza en el paso fronterizo de Belladere, donde la mayoría del comercio oficial de bienes entra en Haití desde la República Dominicana.
Trueque pistolas por droga de Jamaica
Otra vertiente del problema haitiano es la importación de drogas desde Jamaica. El tráfico histórico de marihuana procedente de Jamaica a Haití por mar se ha convertido, con el tiempo, en un comercio de armas por marihuana.
Con esto, la ONU establece que «la disponibilidad de las armas de fuego en Haití aumenta la desestabilización en toda la región».
Según las fuentes en materia de seguridad regional que investigan la cuestión, 18 kg de marihuana pueden intercambiarse por una pistola (aproximadamente dos mil dólares) dado el especial nivel de demanda de este tipo de arma de fuego en Jamaica.
Policías que venden sus armas y fabricación casera
El desvío de armas de los arsenales nacionales (por robo o pérdida) ha hecho que las armas y municiones de la policía terminen periódicamente en manos de delincuentes y miembros de bandas.
Entre 2012 y 2023, se reportaron perdidas o robadas unas 2,500 armas de fuego de la policía.
Pese a que las bandas atacan regularmente a agentes de policía y les roban las armas, los expertos de la ONU señalaron también que algunos agentes también han estado vendiendo sus propias armas de fuego y municiones.
A esta situación se le suma las armas de fabricación casera, el panel dijo que documentó la presencia de armas de fuego de fabricación privada, conocidas como «armas fantasmas» y en varias incautaciones recientes encontró varios receptores inferiores de fabricación industrial y de control numérico por computadora usados en el ensamblaje de estas armas.
«Esta tendencia relativamente nueva es preocupante y constituye una importante dificultad para las actividades de control de armas en los Estados Unidos y el Caribe, ya que las armas fantasmas pueden fabricarse con relativa facilidad mediante la adquisición de piezas a minoristas en línea, con lo que se eluden los procesos de control aplicables a las armas de fuego manufacturadas. Además, no están serializadas, por lo que son imposibles de rastrear», alertó.
El tráfico de armas y municiones es una de las principales causas de la ampliación del control de las bandas y los niveles extremos de violencia armada en el país.
Josefina Medina, Diario Libre
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