Mary Trump, sobrina del ya expresidente de EE.UU. Donald Trump, ha barajado la posibilidad de cambiar su apellido para evitar que la asocien con su tío.
“Estoy dispuesta a cambiar mi nombre si es necesario”, dijo en una entrevista con el diario británico The Telegraph, publicada el sábado; Mary aclaró que le preocupa que su apellido ahora tenga connotaciones negativas.
La sobrina del exmandatario republicano ha buscado durante mucho tiempo distanciarse de su tío al criticarlo públicamente.
Ella lo acusó anteriormente de ser un “narcisista” y “un sociópata”, que amenazaba la vida de todos los estadounidenses.
En la entrevista con The Telegraph, Mary, una psicóloga de 55 años, afirmó que Trump, como 45.º presidente de EE.UU., había hecho un daño incalculable y potencialmente irreparable a su país.
Mary, que anteriormente había considerado a Trump una persona “muy perjudicada psicológicamente” por los problemas que sufrió en la infancia, en el coloquio con el diario británico señaló que cree que él es “incapaz de cambiar”.
La autora del libro ‘Demasiado y nunca suficiente: cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo’, una biografía no autorizada sobre el expresidente de EE.UU., la sobrina de Trump ya había declarado en una entrevista que creía que su tío debería dimitir del cargo porque estaba destinado a convertirse en un hombre completamente incapaz de liderar EE.UU. y era peligroso permitirle que lo hiciera.
Asimismo, después de la derrota de Trump en las presidenciales del pasado 3 de noviembre, la psicóloga advirtió de los “peligrosos meses” que sobrevendrían en EE.UU. porque, conforme dijo, el entonces mandatario estadounidense no aceptaría ser el “perdedor”.
Trump, que sigue desconociendo la victoria de su rival, Joe Biden, en las elecciones, es acusado de incitar a la insurrección después de que llamara a sus fanáticos a reunirse frente al Capitolio el 6 de enero para desafiar la ratificación del demócrata como el futuro presidente del país. Cinco personas perdieron la vida en la mencionada fecha por el asalto violento al emblemático edificio.
Se espera que el expresidente se enfrente en febrero a un impeachment (proceso de destitución) por la acusación de “incitar a la insurrección”.