Los periodos menstruales abundantes NO son normales y pueden ser una señal de ESTO

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Lydia Brain tenía solo 22 años cuando sus periodos menstruales comenzaron a ser cada vez más dolorosos y abundantes.

La joven recuerda que, al aterrizar, un torrente de sangre la tomó por sorpresa:

Me levanté de mi asiento y un flujo rojo empapó mis pantalones de inmediato. El periodo era tal que me empapé hasta rodillas, y estaba realmente avergonzada.

Unos meses antes, Lydia tuvo que visitar a su ginecólogo luego de darse cuenta que sangraba cada que tenía relaciones sexuales con su entonces pareja.

“Me examinaron y se encontró que tenía un fibroma; un bulto de tejido muy común, benigno y generalmente inofensivo, y aunque fue ligeramente sorprendente porque generalmente aparecen en mujeres mayores de 30 años, no me preocupó de más”.

Como los periodos menstruales seguían siendo muy dolorosos y abundantes, la joven volvió con el ginecólogo, quien le confirmó que no se trataba de nada relacionado con el fibroma, sino que era consecuencia de lo estresada que estaba.

Las semanas siguieron, y mis períodos se volvieron incontrolablemente abundantes. Tenía que poner alarmas durante la noche para cambiarme de ropa interior. Tampoco pude hacer ejercicio durante esa semana, y esa condición comenzaba a regir mi vida.

Fue en enero del año pasado que Lydia comenzó a sentirse mareada y muy exhausta.

Cuando fue con su médico de cabecera, este descubrió que la chica tenía un cuadro severo de anemia.

“Así fue como finalmente el ginecólogo ordenó exploraciones, y el diagnóstico fue que tenía no uno, sino dos fibromas que necesitaban ser retirados en cuanto antes”.

Tras 8 meses de diagnósticos, los médicos pudieron retirar uno de los fibromas, pero el segundo de ellos estaba incrustado profundamente en la pared del vientre de la chica. No era removible vía cirugía.

Fue así que Lydia recibió el peor diagnóstico que podía imaginar:

Necesitaría una histerectomía completa, que me dejaría estéril a la edad de 24 años. No podía creer que tuviera cáncer.

Lydia recuerda que siempre había querido tener un bebé (o varios), pero de pronto, “me di cuenta de todo lo que había querido para mí y que mi futuro se acababa de llevar”.

Tras la histerectomía, la joven aún conserva sus ovarios, aunque el útero y el cuello uterino sí fueron removidos durante la cirugía.

Esto le da la posibilidad de que, a través de Fecundación In Vitro pueda tener una familia, “pero pensar en el futuro es una tarea difícil”.

Lo que esta historia nos enseña es que SIEMPRE consultes al ginecólogo, de preferencia dos veces por año, y que, si NO estás de acuerdo con el diagnóstico brindado, puedas buscar una segunda opinión inmediatamente.

Recuerda, los periodos menstruales NO deberían ser dolorosos ni abundantes.

 

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