La victoria de Los Angeles Lakers sobre Sacramento Kings por 113-100 parecía un resultado más en la temporada. Sin embargo, las estadísticas hicieron de algún modo histórico al partido: con sus 34 minutos, en los que anotó 19 puntos, capturó 6 rebotes y registró 7 asistencias, LeBron James se transformó en el jugador que más tiempo estuvo en acción en la historia de la NBA. Superó a otro mito de Lakers, Kareem Abdul-Jabbar, por un cuarto de hora: el Rey ahora acumula 57.471 minutos, contra los 57.446 del retirado pivote.
James está desde hace unos años entre los mejores jugadores de todos los tiempos de la mejor liga del mundo y lleva más de dos décadas en la élite. Sigue rindiendo en un nivel de figura y aumentando su legado con récords. Esta vez LeBron, que cumplirá 40 años el próximo lunes 30, acudió a las redes sociales para festejar la marca. Publicó un posteo en el que homenajeó a otra leyenda de la NBA y ex basquetbolista de Lakers, Wilt Chamberlain.
El doble con que LeBron había batido el récord histórico de puntos en la NBA
James hizo su propia versión de una foto icónica de 1962: al anotar 100 puntos en el triunfo por 169-147 de Philadelphia Warriors –hoy Golden State Warriors– contra New York Knicks, Chamberlain quebró el récord de goleo en un partido. Y posó más tarde ante las cámaras con un cartel casero que decía “100″. James recreó aquella idea. Pero en lugar de “100″, mostró “mil millones”. Y en el texto que acompaña la foto mostró su admiración a con Chamberlain: ““¡Anoche me convertí en el líder de todos los tiempos de la NBA en minutos! ¡Es una locura incluso pensarlo! ¡Muy agradecido y bendecido! Ha sido un viaje increíble. ¡1 millón de minutos al estilo Wilt!”.
Después de la victoria contra Sacramento, LeBron declaró sobre su récord: “Es sólo un compromiso con el oficio y con la pasión y el amor que tengo por el juego…”. Su aporte al equipo no merma con el tiempo, y lo muestran sus estadísticas en esta temporada: 22,6 puntos de promedio, 7,9 rebotes y 9 asistencias. Casi a los 40 años.
James contó lo que le dijeron sus compañeros una vez que se enteraron de la plusmarca: “Me dijeron que soy viejo como el infierno”, bromeó. Y continuó: “Siento honor, obviamente, cada vez que me unen a algunos de los mejores que han jugado este deporte. Saber que he estado disponible para mis compañeros, hacer esto en un alto nivel durante dos décadas y seguir inscribiéndome en los libros de récords en este juego que tanto amo y en la mejor liga del mundo es genial y es muy reconfortante”. LeBron ya había hecho historia en esta temporada: a comienzos de la campaña coincidió con su Bronny James en las canchas y ambos se convirtieron en la primera dupla padre-hijo en protagonizar partidos de NBA.
Sin embargo, Lakers tiene un problema: el tetracampeón necesita descanso y saltearse algunos encuentros. No es el de hace 20 años. Su cuerpo tiene miles de partidos, y decenas de miles de minutos, encima, por lo que los tiempos de recuperación no son los mismos. Claro que si Los Angeles tuviera otro jugador que les garnatizara los números de King James dosificaría más la energía del crack. No lo tiene: James es irremplazable. Como siempre lo fue.
Sobre la carga de minutos, LeBron dijo en The Athletic: “No soy un tipo al que le guste quedarse sentado en los partidos si está sano. No importa. Si hay una oportunidad en la que pueda beneficiar mi cuerpo y mi juego a largo plazo para el bien del equipo, entonces estoy abierto a tener esa conversación”, aludió a una negociación por su tiempo en la cancha. “Así que veremos qué pasa”, manifestó.
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