Por Iván Suriñach
El Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael María Moscoso” fue creado en 1976 con la finalidad primordial de estudiar, conservar e investigar la diversidad y riqueza de la flora dominicana. Este espacio verde es un patrimonio natural, científico, educativo y recreativo para Santo Domingo y la República Dominicana, diseñado para proteger la flora nacional y servir como pulmón verde de la ciudad.
Lamentablemente, el gobierno actual ha mostrado una irresponsable actitud al proponer intervenir el Jardín, presionados por un plan vial del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) para descongestionar la avenida República de Colombia. Esta iniciativa ha sido criticada duramente por expertos, ambientalistas, instituciones como la Academia de Ciencias y miembros de la sociedad civil, ya que pone en riesgo la integridad de un espacio protegido vital para la biodiversidad, el medio ambiente y la calidad de vida urbana.
La destrucción parcial del Jardín Botánico dañaría un área que no solo es reserva y laboratorio natural, sino también lugar de esparcimiento, salud y educación ambiental para la ciudadanía. Además, representa un retroceso en las políticas de conservación ambiental, pues el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, institución responsable de velar por estos recursos según la Ley 64-00, parece no cumplir adecuadamente su deber de proteger el Jardín y otros espacios verdes fundamentales.
La reducción del Jardín implicaría:
- Pérdida irreparable de especies vegetales nativas y endémicas.
- Deterioro del microclima y aumento de la contaminación urbana.
- Desaparición de un patrimonio natural y cultural junto a un pulmón verde crucial para Santo Domingo.
- Erosión del compromiso de la nación con la conservación ambiental y la sostenibilidad urbana.
Estas irresponsabilidades gubernamentales reflejan una falta de diálogo, planificación ambiental y respeto por los derechos colectivos a un ambiente sano. El Jardín Botánico es una herencia para las generaciones presentes y futuras que debe ser protegida con prioridad. Es urgente que el gobierno y sus entidades involucradas reconsideren estas acciones y promuevan alternativas sostenibles que concilien desarrollo urbano con la conservación del medio ambiente.
En definitiva, la destrucción o reducción del Jardín Botánico Nacional constituye un acto antiambiental que amenaza la biodiversidad, la calidad de vida, y el patrimonio científico y cultural de la República Dominicana, con el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones como instituciones responsables de garantizar su cuidado y preservación
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