Desde el 16 de junio hasta el 11 de septiembre, el Instituto Azucarero Dominicano (Inazucar) ha aprobado tres contingentes arancelarios para la importación de azúcar a la República Dominicana, con el objetivo de satisfacer la demanda interna y crear una reserva de este producto.
Aunque el primer contingente arancelario establecía la compra de 75,000 toneladas de azúcar en crudo previstas para satisfacer la demanda local entre junio y noviembre, en julio se aprobó la importación adicional de 50,000 toneladas de azúcar cruda y refino.
A estas se le sumaron 20,000 toneladas de azúcar autorizadas el pasado lunes, para un total de 145,000 toneladas a comprar en el mercado internacional en los últimos tres meses.
«Las cantidades autorizadas por el Consejo Directivo, sumadas a la existencia de azúcar con que cuentan los ingenios azucareros en sus almacenes, son suficientes para responder a la demanda interna hasta la próxima zafra azucarera 2023-2024, a iniciarse en la primera semana del mes de diciembre». Así lo explicó el Inazúcar en su comunicado del lunes, en el que anunció el tercer contingente arancelario.
Hasta ahora, la entidad solo ha dado a conocer de la llegada al país de 20,000 toneladas de azúcar en crudo el 4 de septiembre, las cuales fueron recibidas en el puerto de La Romana.
Baja producción
Los contingentes arancelarios responden a la necesidad de garantizar el abastecimiento y la estabilidad de precios en el mercado del dulce, cuya producción se encontró afectada, en sus inicios, por los embates del huracán Fiona en septiembre del año pasado y los largos períodos de sequía.
Con ellos, se busca «mitigar cualquier déficit» previo al inicio de la siguiente zafra, aunque los resultados de la producción que apenas culmina siguen sin conocerse.
El Inazucar confirmó a Diario Libre la elaboración de un boletín del cierre de zafra en junio, aunque arguye que sigue sin publicarse porque se tratan de estadísticas preliminares, a las cuales les faltan datos por venir del período de producción, que aún no ha culminado.
En junio pasado, el Central Romana informó que su producción finalizó con una molienda de 2,379,000 toneladas cortas de caña, 662,355 toneladas menos que las reportadas por el Inazucar en su informe de la zafra pasada, que se situó en 3,041,355 toneladas.
En ese momento, la empresa destacó la producción de 265,735 toneladas cortas, además de 123,000 toneladas cortas de azúcar refino y 16,426,000 galones de melaza. Hasta ahora, es la única empresa que dio a conocer los resultados de su producción este año.
Andrés Cosma, presidente de la Asociación de Mayoristas de Santo Domingo (Amaprosado), informó a Diario Libre que el Central Romana mentiene las cuotas a los mayoristas, aunque explicó que muchos comerciantes están recibiendo «entre un 3 % hasta un 20 % de lo que recibían», lo que impacta en el precio y disponibilidad del dulce.
Especulaciones
Pro Consumidor señaló que a partir del próximo lunes iniciará una serie de operativos para frenar «el acaparamiento y la especulación» sobre la comercialización de este producto, la cual pudieron comprobar mediante una investigación de mercado.
«(Los operativos) irán dirigidos a los sectores ya identificados que están obligando a los detallistas a adquirir el producto por encima del costo estipulado (…), a sabiendas de que el mismo es controlado», señaló su director ejecutivo, Eddy Alcántara, mediante un comunicado de prensa.
De esta forma, la institución reconoce que los detallistas «están vendiendo a sobreprecio porque quienes están acaparando el producto los conminan a recibir menos cantidad y por encima del precio resolutado» en la resolución 01-2023 del Inazucar.
Este documento fija entre 2,420 pesos y en 2,725 pesos los sacos de 100 libras de azúcar crema y refina, respectivamente, para el consumidor final.
Estas declaraciones refuerzan las alertas que desde este lunes han realizado agrupaciones de comerciantes, como el Consejo de Defensa de los Derechos del Comercio (Codeco), de que el azúcar escasea en el mercado por esta problemática.
Quien lo preside, Amado Díaz, puntualizó que el problema radica en que los productores quieren vender el azúcar local al mismo precio que la importada, «y ponen trabas para evitar que los precios bajen».
Cosma dijo que, de las 22,500 toneladas de azúcar provenientes del primer contingente arancelario, «para el comercio organizado no hubo ni siquiera 2,000 toneladas«.
Afirmó que su gremio ha exhortado a las autoridades que sea el Ministerio de la Presidencia o el Ministerio de Industria y Comercio quienes realicen la distribución de esta mercancía, para que se realice de manera más equitativa.
Asimismo, la asociación recomendó la eliminación del Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (Itbis) para evitar que los precios finales al consumidor se vean impactados.
Por su parte, el Grupo Detallistas Unidos puntualizó que el azúcar, cuyo saco llegó a cotizarse cerca de los 3,700 pesos, cuenta con un precio de 3,125 en las instituciones comerciales y de unos 3,400 por parte de otros suplidores. Exhortó a los productores evitar las compras a sobreprecios de este producto».
Irmgard De la Cruz, Diario Libre
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