Un grupo de investigadores en Turquía ha identificado lo que podría ser la zona erógena conocida como el punto G, situada a algunas pulgadas dentro de la vagina, según un reciente estudio publicado en la Revista Europea de Obstetricia y Ginecología y Biología Reproductiva.
Los científicos descubrieron que las mujeres experimentaron orgasmos menos frecuentes y menos intensos después de someterse a cirugía en una región que durante mucho tiempo se consideró como la ubicación del punto G.
El estudio siguió la función sexual de 89 pacientes que se sometieron a una colporrafia anterior, un procedimiento de reconstrucción para tratar la debilidad en la pared frontal de la vagina que puede provocar la caída de la vejiga.
Este debilitamiento, conocido como prolapso de la pared anterior, puede ser causado por factores como el parto, levantar objetos pesados, tos crónica o estreñimiento.
Las pacientes, con edades comprendidas entre los 24 y los 62 años, completaron un «Cuestionario Sexual de Prolapso de Órganos Pélvicos/Incontinencia Urinaria» antes y después de la cirugía, lo que permitió evaluar cómo se vio afectada su función sexual.
Aunque la excitación y la libido de las pacientes se mantuvieron constantes después de la operación, los investigadores notaron una disminución significativa en la capacidad para alcanzar el orgasmo en estas mujeres después de la cirugía. Esto sugiere que la cirugía pudo haber dañado el punto G. Además, se registró un aumento en el dolor durante las relaciones sexuales.
El punto G, ubicado en la pared anterior de la vagina, ha sido objeto de debate en términos de su tamaño, ubicación y naturaleza. Algunos científicos argumentan que el término es engañoso y que debería denominarse «zona G» debido a sus variadas funciones y ubicaciones específicas para cada persona.
Sin embargo, otros estudios han desestimado la existencia del punto G al no encontrar una estructura anatómica clara que lo identifique como un centro de placer. Algunos teorizan que el punto G podría ser una extensión del clítoris, mientras que otros creen que se encuentra en proximidad al mismo.
A pesar de las controversias, la Dra. Ruth Westheimer, conocida terapeuta sexual, ha elogiado los esfuerzos por desmitificar el punto G, afirmando que eliminaría la presión y la ansiedad de las mujeres que han tenido dificultades para localizarlo.
El equipo de investigación turco señala que su estudio solo abarcó un período de seguimiento de seis meses después de la cirugía, por lo que se requieren investigaciones a largo plazo para confirmar sus hallazgos.
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