Unay también señaló que en manos de EEUU el dólar es una herramienta de presión:
«EEUU constantemente ejerce presión sobre China por medio del tipo de cambio del yuan frente al dólar y usó una operación económica similar contra Rusia en 2015, cuando causó la caída del rublo. Ahora intentan influir sobre Turquía de la misma manera.
Creo que ni China, ni Rusia, ni ninguna otra economía emergente pueden estar satisfechas con el actual sistema enfocado al dólar. Todos los jugadores quieren eliminar este sistema, pero las transacciones comerciales con el uso de divisas nacionales requieren una infraestructura acorde a los flujos internacionales del comercio y las finanzas.
Vista la actual crisis de relaciones turco-estadounidenses, es muy probable que precisamente Turquía sea uno de los países con mayor iniciativa en este asunto. Creo que el número de países que querrán unirse a un sistema alternativo al dólar aumentará drásticamente en caso de que se logre crear uno».
«En el futuro, el comercio en divisas nacionales y mecanismos de intercambios se desarrollarán cada vez más activamente, dejando al dólar «fuera de juego».
Obviamente, no cabe esperar que se elimine rápidamente la hegemonía del dólar, pero tanto los Estados miembros del BRICS como todos los demás jugadores en vías de desarrollo que persiguen el fomento del comercio internacional saldrán adelante con iniciativas para neutralizar la influencia del dólar».
— Sadik Unay, experto del Fondo de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (SETA)
Según el experto, los fenómenos de crisis en la economía mundial a causa de la guerra comercial también tendrán un efecto negativo sobre el sistema económico estadounidense, pero Washington intentará solucionar este problema por medios no económicos.
«Obviamente la ralentización del ritmo de crecimiento económico en el mundo también afectará a la economía estadounidense, pero ellos creen que podrán suplir este déficit por la vía de la confrontación al provocar conflictos regionales en determinados lugares del mundo, principalmente en Oriente Medio. Lo harán para aumentar aún más su fabricación de armas y fortalecer su sector energético.
En general, EEUU se conoce por su política exterior agresiva, que por medio del armamento a gran escala proporciona el crecimiento de ingresos en los ámbitos de las altas tecnologías. Para los países en vías de desarrollo esta situación representa una perspectiva grotesca, ya que en caso de que disminuya el ritmo del crecimiento económico mundial, las más impactadas serán la mayoría de las economías en vías de desarrollo, y en mayor medida China».
Según los datos de FactSet Research Systems Inc., en 2017 el 19% de las ventas mundiales a Apple se hizo en China. Lo mismo ocurrió con Intel (24%), Qualcomm (65%) y Starbucks (20%).
Otro as en la manga de China son los yacimientos de tierras raras que son esenciales para la fabricación de pantallas para los teléfonos inteligentes, placas madre y otros productos tecnológicos. El 90% de estos recursos naturales se encuentra en China.
Así que los gigantes tecnológicos de todo el mundo están atemorizados por lo que será de sus cadenas de abastecimiento para la producción de los ‘smartphones’ en caso de que China decida endurecer las cuotas de exportación de esta materia prima.
Aunque EEUU compre desde China más mercancías de las que vende al gigante asiático con una diferencia de 375.000 millones de dólares, en el ámbito de los servicios la situación es contraria.
EEUU vendió a China sus servicios por un valor total de 58.000 millones de dólares, mientras que recibieron los servicios chinos por tan solo 18.000 millones. Más de la mitad de esta suma, según los datos de la Oficina de Análisis Económico de EEUU, se debe a los servicios educativos y turísticos.
En el ámbito del turismo China puede infligir un daño significativo a EEUU y ya se está observando una disminución en el número de turistas chinos en EEUU.
«El 73% de las mercancías afectadas por las tarifas son transicionales, por lo cual estas tarifas infligirán daño no solo a China, sino al propio EEUU. El centro de estudios y fomento del Consejo Estatal de China publicó un informe en el cual se afirma que las mejores cinco compañías de cualquier industria china son empresas con capital extranjero.
Además, en 21 de las 28 ramas principales de la industria el capital extranjero tiene un estatus mayoritario. La industria del vidrio y la fabricación de ascensores están bajo control extranjero. 11 de las 18 compañías fabricantes de electrodomésticos tienen capital extranjero. 150 empresas cosmetológicas y el 20% de la industria farmacéutica también están en manos de capital extranjero».
«En caso de haber un escalamiento de represalias entre China y EEUU el asunto podría ir más lejos que las tarifas de importación y podría llegar hasta otras medidas que no se usaron antes.
China tiene ‘secuestrados’ los bonos de la tesorería estadounidenses por un valor de un billón de dólares . ¿Qué hará EEUU si China le amenaza con vender un gran volumen de estos bonos? Supongamos que China decide vengarse y echar al mercado los bonos del Tesoro de EEUU. Ello infligirá un tremendo daño a la economía de EEUU, ya que, a largo plazo, las tasas de interés se dispararán.
Es el escenario más temido por los participantes del mercado que lo ven como uno de los factores de riesgo para la economía mundial».
El presidente de EEUU insiste en que las tarifas estadounidenses funcionan y amenaza con imponerlas a todas las importaciones chinas si el gigante asiático no hace concesiones en su política comercial e industrial.
¿Pero es cierto que las guerras comerciales ayudarán a hacer EEUU grande de nuevo?
«Todo el mundo necesita la mercancía china, así que claro está que China podrá encontrar otros mercados.
Pero es poco probable que sea posible encontrar un mercado igual de grande que el de EEUU porque las posibilidades de China para ampliar sus mercados también tienen un límite.
Al fin y al cabo, EEUU es el mayor consumidor del mundo y la influencia sobre China será significativa, puesto que no hay otro mercado como el del país norteamericano.
Pero hay que admitir que EEUU tampoco podrá encontrar un mercado igual de grande que el chino para sus mercancías».
Por si fuera poco el hecho de que los oponentes principales de EEUU en la guerra comercial global —China y la UE— no piensen rendirse, los aliados de EEUU de la región del Pacífico empiezan a formar una coalición económica en su contra.
Trump logró lo imposible: ahora los enemigos de Pekín están dispuestos a ponerse de su lado. La actual Administración está perdiendo amigos y se está creando nuevos enemigos, lo cual puede acabar mal para el país norteamericano».