Viena, 13 mar (EFE).- Bolivia anunció este lunes, durante una reunión de la ONU sobre drogas, que iniciará un procedimiento para acabar con la prohibición internacional de la hoja de coca, que tiene importantes usos tradicionales para los pueblos andinos.
«En 1961 se cometió un error histórico», dijo el vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, ante la Comisión de Estupefacientes reunida esta semana en Viena, al recordar el año en el que se aprobó la Convención sobre drogas que prohíbe la hoja de coca.
El vicepresidente explicó en una rueda de prensa posterior que su país hará uso de su derecho como signatario de los tratados internacionales para pedir a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una «revisión crítica» de las propiedades de la hoja de coca.
La hoja de coca se encuentra en la Lista I de la Convención Única de 1961, donde se sitúan las sustancias más peligrosas y bajo un control internacional más estricto, como la heroína y la cocaína, entre otras.
«El uso ritual de la hoja de coca no es toxicomanía», afirmó el vicepresidente boliviano, que criticó lo que llamó «seis décadas de discriminación y colonización» por la prohibición de la hoja de coca.
«Cuando las leyes son ineficientes, la justicia es injusta», afirmó Choquehuanca, quien indicó que en las «próximas semanas» su país iniciará el proceso legal al dirigir una carta al secretario general de la ONU, António Guterres.
Los expertos de la OMS deberán entonces elaborar un informe estudiando las propiedades, toxicología y efectos nocivos de la coca, lo que llevará al menos un año, y después dirigirán una recomendación a los 53 países de la Comisión, que pueden adoptarla o someterla a votación.
La recomendación de la OMS puede consistir en mantener el control internacional actual, eliminarlo o situar la hoja de coca en otra de las listas -menos estrictas- de sustancias bajo fiscalización internacional.
Como muy pronto, la decisión sobre la hoja de coca se votará -por mayoría simple- en la Comisión de Estupefacientes a finales de 2024 o principios de 2025.
Choqueahuanca se mostró confiado en que el estudio científico de la OMS permita «desclasificar» a la hoja de coca como sustancia bajo control internacional.
«Estamos convencidos, a la luz de estudios científicos, a la luz de la verdad, de que la hoja de coca no debería de estar en la Lista I. El mundo necesita conocer la verdad basada en la ciencia», subrayó.
Colombia ya había anunciado que apoya la iniciativa de Bolivia, y algunas fuentes diplomáticas han explicado a EFE que el estudio de la OMS y sus recomendaciones serán cruciales para recabar el apoyo de otros Estados.
Bolivia ha logrado varias reservas y excepciones nacionales en el empleo de la hoja de coca, incluido el masticado tradicional, pero hasta ahora no intentó cambiar la prohibición global.
En Bolivia es legal el cultivo de hasta 22.500 hectáreas de coca para su consumo tradicional, ya sea masticado o en infusiones, y más de 100.000 familias dependen de ese cultivo.
El vicepresidente subrayó en varias ocasiones que la hoja de coca no es cocaína y que su país está plenamente comprometido en luchar contra el narcotráfico.
El Gobierno de Bolivia lleva años quejándose de que las restricciones impuestas por los tratados frenan el potencial mercado internacional de productos de hoja de coca y sus derivados, que beneficiaría a las comunidades que dependen de su cultivo.
«Nosotros, como pueblos milenarios, tenemos derecho a exportar, a comercializar, a industrializar la sagrada hoja de coca», concluyó el vicepresidente.
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