Miami (EFE).- Salma Hayek y Channing Tatum unieron sus fuerzas en “Magic Mike’s Last Dance” para contar una historia que, según dijeron en entrevista con EFE, fusionara el baile exótico, el romance, el empoderamiento femenino y la transformación de los sueños.
“En cuanto leí el personaje de Maxandra Mendoza me enamoré de la idea de interpretar a una mujer que se da cuenta que toda su vida estuvo controlada por otros y que ni ella misma sabía cuáles eran sus sueños”, explicó Hayek al hablar de su papel en la tercera entrega de la historia del bailarín exótico Michael “Magic Mike” Lane.
A eso se sumó que la película estuviera dirigida por Steven Soderbergh y “claro, poder bailar con este señor”, agregó entre risas mientras señalaba a Tatum, sentado a su lado, en el restaurante construido especialmente para acompañar al teatro en la aldea de Key Biscayne, una de las localidades que conforman el Gran Miami, donde se presenta de forma itinerante el espectáculo “Magic Mike Live”, inspirado en las películas.
“Para mí era importante cerrar la historia de Mike mostrando el poder que puede tener una sola persona que crea en ti”, indicó Tatum, cuya historia de vida inspiró la primera película de “Magic Mike”, donde compartió créditos con Matthew McConaughey en 2012.
UNA PELÍCULA SIN GÉNERO
“Magic Mike’s Last Dance” comienza en una fiesta en Miami Beach en la que Mike es un barman. Max (Hayek) se entera de que él era un bailarín exótico y, ante la petición de un baile, comienza la escena más sensual de los tres filmes y una de las más pasionales que ha realizado la estrella mexicana.
“Fueron secuencias fuertes para las que tuvimos que intensificar los entrenamientos que hacemos todos los días, pero no fue demasiado para mí. Channing tuvo que hacer mucho más”, subrayó.
Eso en cuanto al esfuerzo físico, pero la intensidad y la sexualidad de la secuencia requirieron de un trabajo entre ellos “para generar confianza”, lo que, según coincidieron ambos, era el elemento más importante para una serie de acrobacias que daban a entender una sesión sexual, sin que ella perdiera ni una pieza de ropa.
Aunque ese fue el inicio de la relación entre ellos, eventualmente se genera una complicidad que desarrolla la historia de ambos personajes y que los hace brillar bajo la dirección de Soderbergh, famoso por la saga de “Ocean’s Eleven” y quien ya había trabajado con Hayek en “Traffic” (2000) y con Tatum en las cintas anteriores de “Magic Mike”.
La historia de Max y Mike se pasea por el “thriller” sexual, la comedia romántica y los musicales basados en la danza, con un toque importante de empoderamiento femenino.
Para Tatum, lo más difícil no fue unificar todas estas vertientes, porque cree que “las películas ya no se separan por géneros”.
“En una sola historia puede haber muchos elementos, como los que incluimos aquí”, abundó.
La cinta, que se estrena en la segunda semana de febrero a nivel mundial, también incorporó diferentes elementos multiculturales, comenzando por el hecho de que Hayek interpreta a una latina, Tatum a un estadounidense, y la mayor parte de la historia transcurre en Londres, donde aparece hasta el clásico mayordomo de carácter cáustico.
La banda sonora, nutrida de pop anglo de las últimas tres décadas, incluye el merengue “Suavemente” del puertorriqueño Elvis Crespo, quien fue además uno de los invitados especiales en la alfombra roja de la premiere mundial de la película la semana pasada en Miami.
“Obviamente que teníamos que agregarle elementos latinos”, destacó Hayek, cuyo personaje habla varias veces en español y rescata su herencia cultural, sin identificar su país de origen.
UNA HISTORIA DENTRO DE UNA HISTORIA
Además del romance y de la autorrealización profesional de los protagonistas, “Magic Mike’s Last Dance” es la historia ficcionalizada de cómo nació el espectáculo musical que hoy en día tiene funciones permanentes en Londres y en Las Vegas, además de un show itinerante, que actualmente cumple una residencia de seis meses en Miami.
Descubre más desde Notiultimas
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.