Entrada de radicales pro-Trump al Congreso de EEUU hace temer caos

(AFP) Numerosos defensores de la teoría de Donald Trump de que las elecciones de 2020, ganadas por Joe Biden, fueron un «robo» perdieron en las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, pero otros muchos consiguieron escaños en el Congreso, lo que aviva temores de caos.

Los votantes de los llamados estados bisagra (que se inclinan por uno u otro partido en función de la votación) rechazaron esta teoría, pero Trump sigue contando con el apoyo de la base del Partido Republicano, en el que se fundamenta para lanzar su campaña a la carrera por la Casa Blanca en 2024.

«Siendo realistas, sabemos que estamos a punto de presenciar el Donald J. Trump show, Acto II, Escena I», vaticinó el analista político Aron Solomon, de la agencia de marketing jurídico Esquire Digital, sobre los próximos dos años.

«No importa cuánto esperemos que el Congreso se centre en los componentes básicos necesarios para restaurar una fe mayor y más profunda en la democracia (…) estamos a punto de presenciar una telenovela política de proporciones sin precedentes, por lo que todos debemos abrocharnos el cinturón», añadió.

El resultado electoral del 8 de noviembre se interpretó como un llamado de atención a la extrema derecha republicana más dura, dado que el partido no consiguió hacerse con el control del Senado y obtuvo una mayoría mínima en la Cámara de Representantes a pesar de las predicciones de una «ola roja», el color de los conservadores.

Sin embargo, dos años después de que Trump arengara a una muchedumbre que irrumpió en el Capitolio en un intento fallido por detener la certificación de la victoria del presidente Biden, los que niegan el resultado electoral de 2020 constituirán una gran mayoría dentro del caucus republicano de la Cámara de Representantes de 2023.

– Estancamiento –

El «Gran Partido Viejo» (Grand Old Party, GOP en inglés) perdió la mayoría de las batallas claves del Senado, en medio de quejas dentro de sus filas sobre la calidad de los candidatos respaldados por Trump.

Pero unos 170 republicanos que rechazaron el resultado de 2020 ganaron escaños en la Cámara e influirán mucho en la elección del speaker, es decir la persona que supervisa el día a día.

Muchos pertenecen al House Freedom Caucus de línea dura, que generalmente tiene entre 35 y 45 miembros y se prevé que haga oír su voz para presionar a favor de la agenda de Trump contra sus enemigos políticos.

Con un Senado con mayoría demócrata y una Cámara de Representantes más a la derecha, los observadores esperan dos años de estancamiento legislativo e investigaciones interminables sobre el gobierno de Biden en lugar de acciones contra la delincuencia o la inflación, entre otros temas.

El grupo prodemocracia States United Action estima que alrededor de un tercio del país estará representado en 2023 por un gobernador, un fiscal general o secretario de Estado que haya puesto en duda la legitimidad de las elecciones.

Son puestos claves desde los que se frenaron, en 2020, los intentos de Trump y sus simpatizantes de anular los resultados electorales en sus estados.

En el Senado, entre los negacionistas figurarán Rand Paul de Kentucky y el capitalista de riesgo de Ohio JD Vance.

– «Democracia puede prevalecer» –

Y algunos de los políticos acusados de propagar información falsa como los trumpistas Matt Gaetz y Marjorie Taylor Greene, así como Greg Pence, el hermano del exvicepresidente Mike Pence, obtuvieron un escaño en la Cámara de Representantes.

Elaine Luria, una demócrata en el comité de la Cámara que investiga el ataque al Capitolio, fue derrotada por un negacionista electoral.

«Vale la pena celebrar los resultados de las elecciones de mitad de período de este año. La mayoría de los votantes rechazaron dar a los que niegan las elecciones poder sobre sus votos», dijo Thania Sánchez, de States United Action.

«Pero debemos tener en cuenta que los que niegan las elecciones ganaron cargos en todo el estado en algunas contiendas, y en otros estados ya ocupan posiciones de poder (…) La amenaza a nuestra democracia no ha terminado».

«Lo que mostró la elección de 2020 fue que la democracia puede prevalecer sobre un esfuerzo sin precedentes por anular los resultados electorales de unas elecciones justas, libres y rigurosas», dijo la secretaria de estado de Michigan, Jocelyn Benson, quien fue reelegida.

Con las de medio mandato «el acto dos terminó con un éxito para la democracia al igual que lo hizo el acto uno», pero «ahora tenemos el acto tres: las elecciones presidenciales de 2024».


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