Una reciente investigación ofrece la evidencia más significativa hasta la fecha de que Israel mató a sus propios ciudadanos en un esfuerzo por impedir que los combatientes de Hamás regresaran a Gaza tras la incursión armada que llevaron a cabo. Sería la segunda acusación de este tipo, pero la más fundada hasta el mometo.
Según los resultados de una investigación publicada por el periódico israelí Haaretz, durante el ataque de Hamás del 7 de octubre del 2023, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habrían invocado la controvertida Directiva Aníbal, matando deliberadamente a ciudadanos israelíes para evitar que fueran tomados como rehenes por combatientes palestinos.
«Documentos y testimonios obtenidos por Haaretz revelan que la Directiva Aníbal, que gestiona el uso de la fuerza para evitar que los soldados sean tomados cautivos, fue empleada en tres instalaciones del Ejército quebrantadas por Hamás, poniendo potencialmente en peligro también a los civiles», se lee en un artículo del periódico.
El autor de la investigación, el periodista Yaniv Kubovich, escribe que «la orden era que ningún vehículo pudiera regresar a Gaza». A pesar de que en las FDI no estaban conscientes de la magnitud de los secuestros en la frontera de Gaza, «sí sabían que había muchas personas implicadas». Por lo tanto, «estaba perfectamente claro lo que significaba esa orden y cuál sería el destino de algunas de las personas secuestradas», resume.
Kubovich señala que se desconoce el número exacto de israelíes muertos por el fuego de las FDI. No obstante, el informe cita testimonios de militares de todos los niveles de la cadena de mando israelí que implementaron el protocolo, incluidos soldados y oficiales de rango medio y superior.
¿Qué es la Directiva Aníbal?
Sumamente controvertido dentro y fuera de Israel, el protocolo fue concebido como respuesta a la amenaza de que grupos armados ganaran influencia sobre el Estado israelí mediante la toma de rehenes. Las fuerzas palestinas capturaron a varios israelíes durante los años 70 y 80, y negociaron con éxito la liberación de sus prisioneros a cambio.
La idea de que los israelíes estaban «mejor muertos que secuestrados» condujo a la creación del protocolo, que permitía el uso de la fuerza letal contra los secuestradores, incluso si ciudadanos israelíes morían en el ataque.
A principios de junio, la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, una entidad respaldada por la ONU, reveló que las fuerzas israelíes habían invocado la Directiva de Aníbal el pasado 7 de octubre. En particular, se conoció que un general de brigada de las FDI había ordenado a un tanque que disparara contra una casa en kibutz Be’eri en la que había varios combatientes israelíes y de Hamás, matando así a 13 prisioneros.
Pero el informe de Haaretz es el relato más completo hasta la fecha de las acusaciones de fuego amigo.
Las acusaciones se suman a las ya existentes de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha puesto deliberadamente a ciudadanos israelíes en peligro para promover la anexión territorial de tierras palestinas promovidas por su partido Likud. Según se informa, la respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre se retrasó durante horas porque Netanyahu había redistribuido soldados para apoyar a los colonos judíos en la Cisjordania ocupada.
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