¿Por qué tomar agua de mar puede dañar tu salud?

Los expertos advierten que sus supuestos beneficios no están probados científicamente, y que consumirla tiene muchas desventajas

Aunque en una visita a la playa a nadie se le ocurriría servirse un vaso de agua de mar y beberla, hay quienes sí confían en los beneficios de tomar agua marina esterilizada y embotellada en pequeñas dosis; una práctica que, lejos de ser novedosa, empezó a popularizarse a finales del siglo XIX y principios del XX. Su mayor promotor fue el fisiólogo y naturalista francés Rene Quinton, quien inventó el «plasma de Quinton», una disolución de agua marina filtrada que supuestamente podía tratar numerosas enfermedades e infecciones, tanto en niños como en adultos, además de fortalecer el sistema inmunitario.

Pocos años después, decenas de estudios desmintieron las casi milagrosas propiedades de este brebaje, pero las falsedades sobre los beneficios de su consumo han conseguido llegar hasta nuestros tiempos. Así, todavía hay quienes continúan creyendo en las ya centenarias afirmaciones de Quinton sobre los beneficios de ingerir agua de mar, además de en otras nuevas, como su capacidad adelgazante o de depurar el organismo. ¿Pero qué hay de cierto en todo ello? Los expertos nos lo aclaran: «Todos estos posibles beneficios del agua de mar son directamente falsos, no están probados científicamente», afirma el tecnólogo de alimentos Mario Sánchez.

Por cada vaso (250 ml) de agua de mar hay unos 9 gramos de sal, una barbaridad

Silvia RomeroDietista-nutricionista

De hecho, cuando se promete que un alimento o bebida puede ayudar a «desintoxicar» el organismo, debemos desconfiar desde el principio. «El concepto de ‘desintoxicar’ ya es erróneo de por sí, porque nuestro cuerpo no tiene toxinas que necesite eliminar mágicamente a través de ningún alimento. La función excretora ya se cumple de sobra por nuestros riñones e hígado», aclara Sánchez. Por tanto, tampoco deberíamos hacer caso a las dietas que se venden como «detox», ni a los zumos y batidos que prometen depurar nuestro cuerpo. «En el caso de que realmente suframos un problema en el riñón o hígado que impida que se deshagan las toxinas correctamente, estos productos tampoco nos ayudarían», añade Laura Girona, dietista-nutricionista y portavoz de CODINUCAT.

Los expertos advierten que tomar agua de mar además de no servir de nada es una práctica peligrosa. Debido a su alto contenido en sal, puede causarnos una deshidratación leve o severa, lo que podría derivar en un fallo multiorgánico y, en los casos más graves, provocar la muerte. «Aunque aportara algún beneficio, como los efectos perjudiciales son tan elevados, su consumo nunca nos compensaría. Así que tomar agua de mar jamás será una buena opción», señala Girona. La nutricionista cuenta que la concentración de sales en el interior y exterior de nuestras células tiene que estar muy regulada, y no puede haber demasiada variabilidad. Si esto ocurre, las células expulsan agua para conseguir ese equilibrio, y aquí es cuando nos deshidratamos. 


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