El sueño es una parte integral de nuestras vidas y la calidad de nuestro sueño puede tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar general. Sin embargo, pocas personas piensan en qué posición para dormir puede ser la más óptima para nuestro cuerpo.
En los últimos años, los científicos han prestado cada vez más atención a la postura al dormir y su efecto sobre la salud. Las investigaciones muestran que dormir boca arriba puede aumentar el riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño (AOS), un trastorno en el que las vías respiratorias se bloquean temporalmente durante el sueño.
Los científicos han descubierto que en esta posición, la lengua y el paladar blando pueden colapsar sobre la pared posterior de la laringe, impidiendo la respiración normal. La AOS puede provocar una disminución de la calidad del sueño, fatiga crónica y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
El fisioterapeuta Sammy Margo dice que el asma, los ronquidos, la apnea y los problemas cardíacos son inevitables para quienes duermen boca arriba. La evidencia médica muestra que la mayoría de las personas que prefieren dormir boca arriba respiran con la boca abierta mientras duermen, lo cual es peligroso.
El cuerpo está diseñado para respirar por la nariz, ya que esto permite que las bacterias y la suciedad queden retenidas en la mucosa nasal y saturen los pulmones con suficiente oxígeno. Respirar por la boca proporciona solo la parte superior de los pulmones y puede provocar hipoxia en los niños y ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en los adultos.
Las investigaciones también muestran que dormir boca arriba y respirar por la boca hace que la boca se seque y permita que entre más suciedad y bacterias en el cuerpo. En personas con vías respiratorias estrechas, esto puede provocar apnea del sueño y cese temporal de la respiración. El cuerpo intenta reaccionar ante esta situación obligándonos a cambiar de postura y a girarnos hacia un lado para evitar consecuencias negativas.
Otro aspecto negativo de dormir boca arriba es el mayor riesgo de reflujo ácido. En este trastorno, el contenido del estómago regresa al esófago, provocando una sensación de ardor y malestar. Las investigaciones muestran que dormir boca arriba relaja el esfínter esofágico inferior, lo que puede aumentar los síntomas del reflujo ácido y empeorarlos.
Las personas que duermen boca arriba también son propensas a sufrir un aumento de los síntomas del sueño. Cuando dormimos boca arriba, la lengua y el paladar blando pueden bloquear las vías respiratorias, provocando vibraciones y ruidos que llamamos ronquidos. Esto puede provocar una mala calidad del sueño, una disminución de la energía durante el día e incluso problemas con su pareja de sueño.
A la luz de estos estudios y observaciones, los científicos recomiendan dormir de lado o boca abajo para reducir el riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño, empeorar los síntomas del reflujo ácido y privación del sueño. Para quienes están acostumbrados a dormir boca arriba, existen almohadas especiales que ayudan a apoyar la posición de lado y reducir el impacto negativo de esta posición en el cuerpo.
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