APOSTILLAS
Federico Sánchez –FS Fedor-
A Netanyahu el Abusador, al parecer el suicidio le es fiel a su personalidad de pirata o filibustero y bucanero; un papanatas es, un perogrullo, un perorata indolente, un amargado de sus recuerdos de humos y fuegos y llamas.
A lo mejor cree que sus vecinos expresan sus sentimientos con murmullos y chillidos y balidos de borregos felices, que poseen cuernos retorcidos, salidos de un tenebroso infierno.
Netan el Horrible, quizá piense que los cananeos estridentes, los que llegaron tiempo ha y los recientes de nuevo cuño, no se amilanan con una simple situación de rechazo mundial y que las ríspidas ametralladoras enfurecidas trastrabillan de furia al ritmo de hosannas y aleluyas de alabanzas, y que su estultez y su osadía barata de amenazas y muertes, a ratos, en cada estación, no convencen.
Netan el Tormentoso, se mira así mismo creyendo que los juegos de espejos son occidentales y relumbran a su favor, como por un río en plena navegación, sin saber que tan sólo es un peón bonachón, sin virtudes y sin aprehensión, sin maná del cielo, ni caballos de alazán y bayos sin ataduras, propios; si acaso le dan propinas que consuelan su mal humor.
Y cuando se envalentona con su armada a cuestas y toda su parafernalia de apoyo y sus sinrazones, todos dicen que por ahí viene el brabucón Netan, y cuando ilumina el cielo con drones que parecen dragones, todos bocean que por ahí viene el huracán Netan, y cuando docenas de aviones cazabombarderos alzan el vuelo, todos imaginan que por ahí viene el tifón Netan, y cuando bocas de cañones vomitan humos orbitado por los aires, todos piensan que por ahí viene el volcán Netan, y cuando se vuelca el camión de alimentos en la carretera, todos asimilan que por ahí viene el ciclón Netan, y cuando el perfume de las flores y el néctar de abejas desaparecen.
Todos murmuran que por ahí viene el ventarrón Netan, y cuando todo se revuelca y virus y polillas y rastrojos se fermentan, todos concluyen que por ahí viene el pandemónium Netan, y cuando todo se anega con sal y polvo y fósforos incandescentes, todos pronuncian que por ahí viene el azote Netan,
y cuando todo se desvirtúa y desaparecen objetos de valor todos inducen que por ahí viene el oneroso Netan, y cuando pasan los tanques haciendo trizas todo lo que tocan.
Sin dudas todos aseguran que anda por ahí el terrorista Netan. Sí, haciendo trizas todo lo que toca: y los matorrales y las gardenias, hechos trizas, y el sol poniente visto como trizas, hechos trizas, y el saliente, antes de amanecer, hecho trizas, y el incienso y el alcanfor y la sumatoria del viento, hechos trizas,
y los arroyuelos, las pequeñas acequias y los pozos, hechos trizas, y los niños, los ancianos, las mujeres, hechos trizas, y las parturientas y sus paramédicos tristes, hechos trizas, y las tabernas y conventos y orfanatorios, hechos trizas,
y el viento arremolinado antes de que despegue, hecho trizas, y los amaneceres con sus albas preciosas, hechos trizas, en fin, todo hecho trizas, hechos jirones, envueltos en llamas, por la tozudez de Netan el Facineroso.
Sí, Netan es un experto violando el decálogo de Moisés, sobretodo los concernientes a la malicia, al vituperio, a la barbaridad, pues bárbaro es, matando, robando, en una apostasía eterna.
Por qué esa obsesión, de Netan, de dispararle a la lluvia, que está repleta de amapolas, de vergeles, de prados y primavera.
De dónde le sale, a Netan, que a las aves se les dispara con metrallas y cañones punitivos llenos de grasas y no con escopetas.
Apuesto que Netan no sabe que los agujeros con que ha llenado los edificios familiares, y las escuelas y los hospitales macilentos, serán expuestos en la galería de sus hazañas heroicas, perdón, quise decir horrorosas, impúdicas, bochornosas. Profanas.
¿Sabía Netan que en Palestina había unos niños que soñaban con el azul cielo, y en cambio les dio el color bayo de un infierno polvoroso y encendido?
¿Sabía Netan que querían vislumbrar el paraíso, aun fuera virtual, y en cambio les ofreció la vista de un lodazal sin sus flores de tulipán?
¿Sabía Netan que les habían prometido abrirles la puerta de su Edén, y en cambio los llevó a un muro empedrado, cerrado por todas partes?
¿Sabía Netan que les dijeron que alcanzarían el cielo con sus manecitas frías o calientes, sanitas o dolientes, y en cambio sólo les permitió topar el fondo cenagoso del Mar Muerto?
¿Sabía Netan que sus palabras no vuelan en el vacío, y que como vientos volcánicos y álgido tifón cubren las llanuras de espantos y aprensión?
Hay que recordarle a Netan, para que no lo olvide, que los niños y los ancianos vivían tranquilos en un entorno pacífico, a la orilla del Mediterráneo, y él los hundió con todos sus gladiolos y sus cactus verdes.
Hay que recordarle a Netan, para que no lo olvide, que otros pernoctaban cerca del Mar Muerto, con sus juguetes preciosos, con barcos de palotes, enanos, y rodeados de palmeras y cañas de azúcar morena, y él los hundió con todos sus harapos de percal rojo y malva.
Hay que recordarle a Netan, para que no lo olvide, que además otros estaban cerca del río Jordán, cobijados, en cuevas sombreadas por blancas nubes, y él los hundió, a pesar del otoño y del cántico que disfrutaban.
Hay que recordarle a Netan para que no lo olvide, que otros se alojaban en un terruño fresco y estepario, al norte de Cisjordania, y en un valle de eucaliptos y ajonjolí, y él los hundió en el fangoso polvo, con sus trapos adiposos.
Hay que recordarle a Netan, para que no lo olvide, que mujeres paridas y otras en estado grávido cantaban aleluyas, con la Escritura Sagrada Bíblica en sus labios, y con los epitafios menos oscuros del Corán en sus manos suaves, y cerca del tempo principal de Jerusalén, y él las ultrajó, hundiéndolas en la miseria más espantosa.
Y, finalmente, que no es un final feliz ni mucho menos de película, hay que recordarle a Netan, para que no lo olvide, que, malévolo como siempre, y agarrando al toro por los cuernos, a unos niños que vivían en los altos del Golán, que trataban de alcanzar las estrellas, y sus círculos preciosos, él quiso descuartizarlos vivos o quemarlos muertos quiso, y como no pudo, los arrojó al abismo como la Piedra de Sísifo.
Al parecer, para Netan, este conflicto es un negocio y tiene sus salvoconductos, documentos firmados por Yahvé, siendo aquél un notario con ojos de dolos, y los papeles de propiedad están adjudicados a su nombre,
manchados con sangres, sangres que salen a borbotones, cálidos y tórridos, inmensos y sacudidos, perimidos, mientras él, insufrible, se queda con el santo y las limosnas, y una cruz es su firma, como un espectro de malandrín, y su seña de identidad y salvación económica, es más que divina.
Sí, es una corporación Made in Netan, un negocio redondo, y la hostia de la virtud y la confesión, su redención.
Y como negocio al fin, tiene intereses, y libros de cuentas en azul y rojo, y plantillas, y otros libros con anotaciones apócrifas, obligaciones, hipotecas, y utilidades, y amortizaciones, y vencimientos que pueden ser revendidos al mejor postor, y sanciones y tanques de guerra, y metralletas, y encomiendas y repartimientos de tierras a colonos -menos el petróleo de Gaza, ése es para otros-, y otros rubros, que no deben olvidarse –no lo hace el Rabino-, como los metálicos preciosos, vale decir: el oro y la plata.
Y el Rabino gusta también de deletrear palabras agradables al oído: Paz, Bienestar, Salud, Convivencia Pacífica, etc., etc.
Y es que, para Netan, la banalidad de sus horrores no permanecerá para siempre, debe inventarse algo. Sabe que el pueblo en llamas volverá a renacer, desde sus cenizas, como el ave Fénix, pues como dice el dicho: polvo eres y polvo será y renacerá aun como plagio de original, o como comedia o como farsa. Insh Alá. Amén. Así sea.
El autor es Periodista, Publicista, Cronista de Cine, Catedrático -universidades O&M y UTESA–. Escritor -Poeta, Narrador, Dramaturgo, Ensayista-. Se declara Humanista Universal.
E-Mail:anthoniofederico9@gmail.com. Face Book: Federico Sánchez. Wasap: 809- 353-7870.
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