Resalta que fue a Venezuela en calidad de observador electoral internacional como otros tantos lideres hemisféricos y que pidió que se presenten las actas electorales
El expresidente de la República y presidente del opositor partido Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández, dijo la noche de este lunes que el mandatario Luis Abinader «faltó a la verdad» cuando lo acusó de apoyar «el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela«.
Explicó que acudió al país sudamericano, el 28 de julio pasado, lo hizo en calidad de observador internacional y, como tal, tenía que ser imparcial y reunirse con los candidatos presidenciales, como al efecto hizo, incluido el opositor Edmundo González.
A través de una carta, Fernández le recordó a Abinader que lo único que declaró sobre Venezuela a su llegada al país fue el reclamo de que se dieran a conocer las actas de escrutinio electoral, como lo hicieron luego otros organismos internacionales y el propio mandatario dominicano. En su caso, señaló que lo hizo en un documento emitido en conjunto con el exgobernante colombiano, Ernesto Samper.
«Por consiguiente, ha incurrido en una falta a la verdad el presidente de la República, cuando quiere señalar que, con respecto al caso de Venezuela, yo he procedido a un respaldo del gobierno venezolano, y él, el presidente Abinader, a la democracia» Leonel Fernández, expresidente de la República“
«En primer lugar, no es cierto que haya vertido crítica alguna a su postura con respecto al caso de Venezuela. En lo que a mí se refiere, participé en las elecciones presidenciales de Venezuela del pasado 28 de julio, en calidad de observador internacional, donde lo había hecho en otras ocasiones, no solo en ese hermano país sudamericano, sino en otras naciones latinoamericanas», agregó.
Este lunes, el presidente Luis Abinader expuso en La Semanal con la Prensa las diferencias de posiciones y visiones que tiene respecto a Fernández, no solo sobre Venezuela, sino sobre el país y el mundo. En ese escenario afirmó que Fernández respalda a Maduro, cuyo nuevo mandato ha sido desconocido por la oposición de su país y ha sido objeto de reclamos internacionales para que muestre las actas electorales con las cuales el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela lo dio como ganador de los comicios.
«Tenemos posiciones y visiones diferentes, no solamente sobre República Dominicana, también sobre el mundo. Él ha criticado nuestra posición sobre Venezuela, tenemos posiciones muy diferentes. Él apoya el régimen, nosotros pensamos que debe haber democracia«, enfatizó el presidente Abinader.
Sobre la vacuna del Covid
Fernández también replicó las declaraciones del mandatario sobre la postura sobre la vacunación que se realizó en el país para enfrentar la pandemia del COVID-19. Aseguró que en ningún momento se opuso a la aplicación de la segunda dosis de la vacuna, como afirmó el presidente Abinader. Dijo que eso es falso y que él fue inoculado con el biológico en la segunda ocasión.
- «Mi oposición fue a la tercera vacunación; y esto, no por capricho, sino porque coincidí con el criterio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ‘para el uso de las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas por Sinovac, Pfizer y BioNTech, y por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, a la fecha (28 de junio del 2021) no existía evidencia científica sobre si era necesario aplicar una o varias dosis de refuerzo de estas vacunas después de finalizar la pauta vigente de dos dosis para cada una y el tiempo en el que deberían aplicarse…».
Otros desmentidos
Fernández también negó que en la reforma constitucional de 2010, cuando era presidente de la República, haya eliminado el «nunca jamás» de la reelección presidencial, como afirmó Abinader.
«En tercer lugar, es de rigor poner de relieve que la reforma constitucional del año 2010, no es cierto que se eliminara el nunca jamás a la reelección presidencial. Primero, porque en la Constitución que se estaba reformando, no existía el concepto de nunca jamás. Eso fue en la reforma constitucional del 2015. Por consiguiente, no se podía eliminar lo que no existía. Si el presidente Abinader hubiese investigado este aspecto de la reciente historia constitucional dominicana con mayor detenimiento, no habría incurrido en el exabrupto emocional en que incurrió», acotó Fernández.
Otro punto que tocó fue el referente a la modificación a la Constitución que impulsa en la actualidad el mandatario.
A continuación la carta íntegra de Leonel Fernández
Respuesta a declaraciones del presidente Luis Abinader
19 de agosto del 2024
El expresidente de la República y presidente del opositor partido Fuerza del Pueblo (FP), Leonel Fernández, dijo la noche de este lunes que el mandatario Luis Abinader «falto a la verdad» cuando lo acusó de apoyar «el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela«, contrario a él que lo ha denunciado.
Dijo que acudió a país sudamericano en calidad de observador internacional y, como tal, tenía que ser imparcial y reunirse con los candidatos presidencial, como al efecto hizo, incluido el opositor Edmundo González.
A través de una carta, Fernández le recordó a Abinader que lo único que declaró sobre Venezuela a su llegada al país fue el reclamo de que se dieran a conocer las actas de escrutinio electoral, como lo hicieron luego otros organismos internacionales y el propio mandatario dominicano.
«Por consiguiente, ha incurrido en una falta a la verdad el presidente de la República, cuando quiere señalar que, con respecto al caso de Venezuela, yo he procedido a un respaldo del gobierno venezolano, y él, el presidente Abinader, a la democracia», acotó.
Naturalmente, a partir de sus palabras comprendo mejor la campaña mediática que su gobierno y su partido, el PRM, montaron en mi contra, por la gestión de observación electoral que estaba realizando; y que había llevado a cabo también en el 2015, encabezando la delegación de UNASUR, cuando la oposición venezolana obtuvo mayoría de votos para la representación de la Asamblea Nacional.
En su respuesta a la prensa, en el marco de su programa, LA Semanal, el presidente Luis Abinader incurrió en varias inexactitudes y falta de veracidad, que me obligan a aclarar.
En primer lugar, no es cierto que haya vertido crítica alguna a su postura con respecto al caso de Venezuela. En lo que a mí se refiere, participé en las elecciones presidenciales de Venezuela del pasado 28 de julio, en calidad de observador internacional, donde lo había hecho en otras ocasiones, no solo en ese hermano país sudamericano, sino en otras naciones latinoamericanas.
En esa condición de observador, tuve la oportunidad de reunirme con los candidatos presidenciales, incluyendo, en dos ocasiones, con el principal candidato opositor, Edmundo González.
Para ejercer las funciones de observador internacional, sin perder la confianza de las partes en disputa, era indispensable mantener siempre una posición de imparcialidad frente al certamen electoral.
Por esa razón, en el informe final presentado sobre los resultados electorales en Venezuela, junto al expresidente de Colombia, Ernesto Samper, establecíamos lo que sigue:
«1. Enfatizar el valor de mantener la paz y evitar todo tipo de manifestación de violencia, que provocan muerte, destrucción, desestabilización y dolor.
2. Que el CNE, tal como han sugerido el Secretario General de la ONU y el Centro Carter, garantice la transparencia del proceso electoral, publicando la totalidad de las actas de escrutinio, desagregadas por centros y mesas de votación.
Este primer paso es esencial, ya que permite a todas las partes interesadas acceder a la información necesaria para una revisión exhaustiva. Es crucial que dicho proceso sea percibido como imparcial y objetivo por todas las partes involucradas».
Eso fue publicado, primero, en Venezuela, y a partir de ahí, distintos actores a nivel internacional, asumieron la misma actitud de solicitar la entrega de las actas de escrutinio para determinar la legitimidad del certamen electoral.
Lo que ha reclamado el gobierno de Luis Abinader y de otros gobiernos de la región, no ha sido más que lo mismo que habíamos formulado nosotros inicialmente en nuestro informe de resultados en Venezuela.
Por consiguiente, ha incurrido en una falta a la verdad el presidente de la República, cuando quiere señalar que, con respecto al caso de Venezuela, yo he procedido a un respaldo del gobierno venezolano, y él, el presidente Abinader, a la democracia.
Naturalmente, a partir de sus palabras comprendo mejor la campaña mediática que su gobierno y su partido, el PRM, montaron en mi contra, por la gestión de observación electoral que estaba realizando; y que había llevado a cabo también en el 2015, encabezando la delegación de UNASUR, cuando la oposición venezolana obtuvo mayoría de votos para la representación de la Asamblea Nacional.
En otro orden, tampoco es cierto lo referido por el presidente Abinader en el sentido de que me opuse a la segunda dosis de vacunación durante la época del Covid 19. De hecho, procedí a vacunarme en las dos ocasiones en que hubo disponibilidad para ello.
Mi oposición fue a la tercera vacunación; y esto, no por capricho, sino porque coincidí con el criterio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que «para el uso de las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas por Sinovac, Pfizer y BioNTech, y por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, a la fecha (28 de junio del 2021) no existía evidencia científica sobre si era necesario aplicar una o varias dosis de refuerzo de estas vacunas después de finalizar la pauta vigente de dos dosis para cada una y el tiempo en el que deberían aplicarse…»
Luego, mi observación a la aplicación de la tercera dosis, en esos momentos, no obedecía a un afán de oposición, sin justificación alguna. Obedecía a que conforme lo decían las dos más importantes organizaciones sanitarias del mundo, todavía no había evidencias científicas de que se necesitase su aplicación.
El azar y la protección divina permitió que no ocurriese una tragedia en la República Dominicana. Pero lo cierto es que fue una aventura del gobierno poner en riesgo la salud del pueblo dominicano, solo, tal vez por encubrir una compra excesiva de vacunas y jeringuillas que estoy seguro el tiempo contribuirá a aclarar.
En tercer lugar, es de rigor poner de relieve que la reforma constitucional del año 2010, no es cierto que se eliminara el nunca jamás a la reelección presidencial.
Primero, porque en la Constitución que se estaba reformando, no existía el concepto de nunca jamás. Eso fue en la reforma constitucional del 2015. Por consiguiente, no se podía eliminar lo que no existía. Si el presidente Abinader hubiese investigado este aspecto de la reciente historia constitucional dominicana con mayor detenimiento, no habría incurrido en el exabrupto emocional en que incurrió.
Finalmente, con respecto a la propuesta de reforma constitucional para establecer el Ministerio Público Independiente, observamos con sorpresa que, en el proyecto enviado en el día de hoy al Senado de la República, se afirma, sobre el objeto de dicha reforma, en el inciso b, lo que sigue: «Consolidar la autonomía constitucional del Ministerio Público y especializar sus funciones».
De igual manera, en el considerando quinto, en el cual se lee: «que, al reforzar la independencia del Ministerio Público…»
Luego, en el artículo 2 del referido proyecto, se vuelve a repetir: «b) consolidar la autonomía constitucional del Ministerio Público…»
Nos preguntamos: ¿Es posible consolidar y reforzar lo que no existe?
Parece que nuestro criterio de que conforme al artículo 170 de la Constitución de la República, y a los artículos 2 y 17 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, el Ministerio Público independiente existe en la República Dominicana.
Afortunadamente, ha llegado, aunque tardíamente, a la comprensión de las esferas palaciegas.
Lamento, señor presidente, no estar de acuerdo con lo referido en uno de los párrafos finales de su carta de envío al Senado de la República, en la cual usted afirma que su propuesta «se trata de una reforma constitucional sin precedentes en la historia de la República Dominicana».
No creo, con toda franqueza, señor presidente, que eso pueda ser admitido o aceptado ni siquiera por cualquier incipiente estudiante de derecho.