La respuesta de Rusia a la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN que atemoriza a EE.UU.

Occidente se prepara para una nueva ronda de confrontación

Tan pronto como la Alianza del Atlántico Norte se expanda con Suecia y Finlandia, Rusia dará un paso de represalia: consistirá no solo en fortalecer sus propias fronteras, sino también en fortalecer el control militar en el Ártico. En el futuro, la región puede convertirse en el punto de partida de un enfrentamiento directo entre Washington y Moscú, informa Bloomberg.

Ahora hay submarinos rusos con ojivas nucleares en el Ártico. Si Finlandia y Suecia se unen a la OTAN, esto permitirá que la aviación, la marina y la artillería occidentales ataquen a las unidades rusas. Además, la alianza recibirá una red de ferrocarriles, lo que le permitirá transportar rápidamente equipos y suministros en caso de conflicto.

En este caso, Rusia comenzará a transferir cada vez más recursos militares a la región para contrarrestar a Occidente. Y si Moscú puede establecer un control total allí, tendrá malas consecuencias para Washington y Bruselas. Todo por la salida al corredor Groenlandia-Islandia-Gran Bretaña.

Una vez allí, las fuerzas de Putin podrían potencialmente interrumpir el envío comercial o cortar las líneas de suministro militar de EE. UU. para enviar refuerzos a Europa. El sabotaje de los cables de datos transatlánticos submarinos podría causar daños significativos.

Argumentan que el liderazgo ruso está aumentando gradualmente su presencia en el Ártico. Si Rusia despliega armas hipersónicas allí, EE. UU. no podrá interceptarlas en caso de un ataque: los sistemas de defensa aérea no se han actualizado correctamente. Es probable, dicen, que la región se convierta en un lugar donde las tropas rusas y estadounidenses entren en una confrontación directa.

Ria Novosti


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