La sonda Voyager 2, enviada al espacio en 1977 y situada a 19,900 millones de km de la Tierra, envió una señal de su «latido», informó la NASA este martes después de haber interrumpido por error el contacto con su icónica nave.
Según una actualización reciente de un laboratorio de la NASA, una serie de órdenes enviadas a la Voyager 2 el 21 de julio hicieron que la antena apuntara inadvertidamente a dos grados de la Tierra. Esto provocó que dejara de transmitir datos al control de misión y de recibir órdenes, una situación que no se esperaba que se resolviera hasta el 15 de octubre, cuando estaba programada una maniobra de reorientación automática.
Sin embargo, el martes, la directora del proyecto Voyager, Suzanne Dodd, explicó a la AFP que el equipo hizo un último esfuerzo por restablecer el contacto lo antes posible con la ayuda de Deep Space Network, un conjunto internacional de antenas de radio gigantes, y otras que orbitan la Tierra. Para su sorpresa, tuvieron éxito.
«Esto fue exitoso porque detectamos la señal del ‘latido’ de la nave espacial», lanzada para explorar los planetas exteriores y servir de faro de la humanidad, declaró Dodd. «Entonces sabemos que la nave espacial está viva y en funcionamiento», aseguró. Añadió que se le han dado nuevas instrucciones para que la antena de la nave apunte a la Tierra, pero existe una «baja probabilidad» de que funcione.
La Voyager 2 dejó la burbuja protectora del Sol, llamada heliosfera, en 2018 para entrar en el espacio interestelar. Antes de abandonar el sistema solar, fue la única sonda en sobrevolar Urano y Neptuno.
Su gemela, Voyager 1, también lanzada en 1977, se convirtió en la primera nave en entrar al espacio interestelar en 2012 y actualmente se encuentra a unos 24,000 millones de kilómetros de la Tierra. Ambas sondas llevan grabaciones de sonidos e imágenes de la Tierra en placas de oro y cobre. (AFP)
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