Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
Sobre las represalias de Hezbollah e Irán, de manera individual o conjunta, se ignoran sus alcances y profundidad en Israel, que pueden golpear Tel-Aviv, Haifa y, en forma ominosa, la planta nuclear de Dimona, donde almacena sus más de 300 bombas atómicas clandestinas (ex presidente Carter lo dijo).
Después del apoyo del jefe del Pentágono, Lloyd Austin, a Israel y contra Hezbollah (https://bit.ly/3Aje6qV) –deja la duda si incluye a Irán (https://bit.ly/4daQ2oM)–, la armada de EEUU envió 12 navíos de guerra y su portaviones USS Theodore Roosevelt a Medio Oriente con 4 mil marines (¡mega-sic!) a bordo (https://wapo.st/3LSgrvK).
En las guerras la primera víctima es la verdad, y los multimedia israelí-anglosajones –los más poderosos del planeta, consagrados a distorsionar verdades y mentiras– propalaron la fake news de que el asesinado líder político palestino Ismail Haniyeh (IH), junto a su guardaespaldas iraní, habían sido víctimas de un dispositivo colocado en el edificio de su residencia en Teherán que fue detonado a distancia (https://nyti.ms/3LU5ppP).
Este tipo de fake news está diseñado para sembrar la duda y la discordia, además de mofarse de los servicios de seguridad iraníes que ya han sido infiltrados y horadados en varias ocasiones, y de glorificar la supremacía cibertecnológica de Israel como arma disuasiva.
En la época de la post-verdad
y Netflix, donde la tríada EU/Gran Bretaña/Israel lleva la gran ventaja de intoxicar al mundo con las deliberadas supercherías de Hollywood, el Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica reveló que el asesinato de IH fue diseñado, ejecutado por Israel con el apoyo de EU
(https://bit.ly/3Sy6ozu) y realizado con un proyectil de corto alcance y una ojiva de 7 kg
.
Existen varios escenarios de guerra (https://bit.ly/4fthtvH) que van desde una guerra de varios frentes (https://bit.ly/3yq44np), en la que pudiera intervenir directamente EEUU, hasta otros escenarios más apocalípticos como los esbozados por el coronel retirado Douglas Macgregor –ex asesor del Pentágono y Trump– quien sin tapujos ha declarado (https://bit.ly/4cefusq) que Israel controla a EEUU
, no se diga al Congreso estadunidense cuya mayoría de integrantes bipartidistas son generosamente lubricados por AIPAC, el mayor lobby israelí en EEUU (https://bit.ly/4eQjEcC) –en lo cual concuerda John Mearsheimer, uno de los máximos geopolíticos del mundo y connotado profesor de la Universidad de Chicago (https://bit.ly/4ddWuLR).
La tesis nodal de Macgregor se centra en tres puntos: 1. Israel lanzaría bombas nucleares tácticas
contra Hezbollah en Líbano Sur (lo vuelve a repetir por segunda vez en un solo mes); 2. Israel busca envolver a EEUU en una guerra para destruir a Irán –a lo cual se ha sumado el pugnaz senador republicano Lindsey Graham, quien propugna la destrucción de plantas nucleares y refinerías de Irán–, y 3. El peligro de participación de Turquía, ¡miembro de la OTAN! –el premier Erdogán exclamó ir a defender a los palestinos en Gaza– y hasta de Pakistán (que posee 170 bombas nucleares).
La realidad es que el premier Netanyahu regresó más envalentonado que nunca después de su apoteósico
discurso ante el Congreso de EU (https://bit.ly/4fEmsKj) y cuyos homicidios cupulares –del comandante militar chiíta libanés Fuad Shukr, en un suburbio del sur de Beirut, feudo de Hezbollah, y la del líder palestino IH: curiosamente, el más moderado de Hamas, quien estaba a cargo de las negociaciones con Qatar, Egipto y la CIA para liberar a los rehenes israelíes–, “asesinaron las esperanzas de paz (https://bit.ly/4duAwnG)” y encaminaron a Medio Oriente a una tierra incógnita de ominosas conflagraciones, susceptibles de descarrilarse y jalar a un infernal ciclo en espiral de acciones y reacciones que pueden desembocar en un choque de EU/OTAN contra Rusia y China.
¿Cuál será la reacción de Israel, no se diga la de Rusia, que acaba de completar un espectacular intercambio de prisioneros con EEUU, mientras realiza patrullajes conjuntos con Irán en el mar Caspio (https://bit.ly/3AayfQa)?