Existen personas que se preocupan demasiado por su higiene y suelen tomar duchas, incluso dos veces al día; una por la mañana y otra antes de ir a dormir.
Pero ¿que tan beneficiosa es estar práctica recurrente para el cuerpo? Nos mantendremos limpios pero…¿y nuestra piel? Veamos que nos dice la ciencia.
La frecuencia óptima de bañarse puede variar según los factores individuales, como la actividad física, el clima y las preferencias personales. Sin embargo, la ciencia ha proporcionado algunas pautas generales sobre la frecuencia recomendada para bañarse. Antes, es importante tener en cuenta que esta información está basada en investigaciones y recomendaciones generales, pero es posible que no se aplique a todas las personas en todas las situaciones.
En primera, la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD) sugiere que la mayoría de las personas pueden beneficiarse de un baño o ducha diaria. El bañarse diariamente puede ayudar a eliminar la acumulación de sudor, aceite y suciedad de la piel, lo que puede prevenir problemas como el acné y las infecciones cutáneas.
Sin embargo, la AAD también destaca que el uso excesivo de agua caliente y jabón puede eliminar los aceites naturales de la piel, lo que puede llevar a la sequedad y a problemas cutáneos. Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio y evitar bañarse con agua muy caliente o usar demasiado jabón.
Un estudio publicado en la revista Journal of Dermatological Science en 2006 examinó los efectos del baño en la hidratación de la piel. Los investigadores concluyeron que los baños cortos y con agua tibia, en lugar de baños largos con agua caliente, pueden ayudar a mantener una correcta hidratación de la piel.
Además, hay investigaciones que muestran que las personas con ciertas condiciones de la piel, como dermatitis o piel seca, pueden beneficiarse de bañarse con menos frecuencia, utilizando productos suaves y evitando el agua caliente.
Por ejemplo, la Sociedad Nacional de Eccema (National Eczema Association, por sus siglas en inglés) del Reino Unido recomienda bañarse con menos frecuencia, preferiblemente cada dos días, para evitar que la piel se seque demasiado.
Finalmente, uno de los estudios más recientes de la Universidad de Harvard, señala que bañarse diariamente no tiene muchos beneficios como se cree. En su estudio concluyeron que bañarse diario puede:
– Afectar el equilibrio bacteriano en la piel.
– La amplia hidratación y uso de jabón excesivo vuelve la piel más seca con el riesgo de irritarse mucho más fácil, además de contraer infecciones cutáneas más seguido.
– Y su hallazgo más importante: nuestro cuerpo necesita un cierto grado de suciedad que estimule a nuestro sistema inmunológico a crear anticuerpos que nos protejan la piel.
En resumen, la ciencia sugiere que bañarse diariamente puede ser beneficioso para la mayoría de las personas, pero es importante tener en cuenta factores individuales, como el tipo de piel y el entorno. Mantener el agua tibia y evitar el uso excesivo de jabón puede ayudar a mantener la salud de la piel. Si tienes alguna preocupación específica relacionada con tu piel, es recomendable consultar a un dermatólogo para recibir recomendaciones personalizadas.
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