Los servicios de inteligencia estadounidenses, al tener información sobre la amenaza de un ataque terrorista en la sala de conciertos Crocus City Hall en Krasnogorsk, cerca de Moscú, no pudieron compartirla plenamente con sus colegas rusos.
Según el New York Times, la razón fueron los temores de Estados Unidos a revelar sus fuentes y métodos de inteligencia en medio de las tensas relaciones entre Moscú y Washington. La publicación cita a funcionarios de los servicios de seguridad europeos y estadounidenses y enfatiza que las sospechas mutuas entre los países podrían impedir el intercambio efectivo de inteligencia.
El director del FSB ruso, Alexander Bortnikov, confirmó que a principios de marzo se recibió información sobre la preparación de un ataque terrorista, pero era de carácter general. Se esperaba que la información futura contuviera detalles más específicos, lo que podría facilitar una labor preventiva eficaz.
El ataque terrorista al Ayuntamiento de Crocus, ocurrido el 22 de marzo, se convirtió en uno de los acontecimientos más trágicos de los últimos años en Rusia. Los atacantes, armados con armas automáticas, irrumpieron en el edificio y comenzaron a disparar contra los visitantes, provocando varios incendios, provocando el derrumbe del techo de la sala de conciertos y la destrucción total del auditorio por el fuego. Según los últimos datos, como consecuencia del ataque murieron 143 personas y otras 182 resultaron heridas de diversa gravedad.
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