Renzo Delgado
Es importante mencionar el trabajo de Arocena y Sutz (2016), en el cual se plantea que:
La “Universidad para el Desarrollo” se caracteriza por la práctica conjunta de la enseñanza, la investigación, y la extensión y otras actividades en el medio, apuntando a sumar esfuerzos con muy diversos actores sociales en pro del Desarrollo Humano sustentable, lo que implica en particular contribuir a:
-la generalización de la educación avanzada y permanente;
-la creación original de cultura y conocimiento socialmente valioso;
-la solución de problemas colectivos, priorizando a los sectores más postergados, mediante la colaboración de actores universitarios y de otros ámbitos en procesos interactivos donde todos aprenden y se desempeñan no como pacientes sino como agente.
En la actualidad, las instituciones universitarias enfrentan grandes desafíos, como lo son: mantener un balance entre sus funciones de docencia, investigación y extensión, apoyado en la formación integral de estudiantes en diversas áreas o campos del saber, que les permita obtener habilidades y destrezas adecuadas, de manera que sean los nuevos y futuros profesionales comprometidos con la sociedad.
A partir de la transformación universitaria que se ha dado en algunos países de América del Sur, vemos como nuevos modelos educativos y paradigmas han permitido la construcción de un nuevo conocimiento, sin embargo, se deben poner en práctica nuevas formas de investigación basados en interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y transdisciplinariedad, las cuales permiten lograr la integración colectiva del conocimiento.
Por su parte, dentro de las instituciones universitarias es imprescindible el desarrollo científico-tecnológico y la implementación de la investigación como un asunto y función específicos de la docencia. Por lo que es necesario que el docente adquiera, adopte y ponga en práctica ciertas competencias y áreas investigativas que guiarán con éxito el proceso de enseñanza-aprendizaje durante el desarrollo de proyectos sociales.
Debemos procurar tener buenos docentes universitarios a tiempo completo, para que, real y efectivamente, se dediquen a hacer investigaciones que aporten conocimiento y saber y contribuyan al desarrollo del país”, indicó el Ministro Hernández, al participar en el Congreso Iberoamericano de Docencia Universitaria de “Carrera académica del profesorado: una gestión para el cambio”.
Hernández apuntó que en nuestro país la carrera universitaria está en ciernes, por lo que “es muy importante que se trabaje ese tema, ya que hay muchos países más consolidados que nosotros donde el docente universitario enseña lo que investiga”.
Observó que el cargo docente no es permanente, sino que está sujeto al desempeño, a evaluaciones periódicas que pongan en evidencia los aportes científicos o técnicos del docente en cuestión.
En ese sentido expresó que “si el docente universitario es investigador y creador de conocimientos e innovaciones que hacen que su carrera profesoral se enriquezca constantemente, garantiza mejores salarios y permanencia en el puesto”.
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