Giro de América Latina hacia la derecha enfrenta pruebas difíciles

Pero si sus sucesores pro-negocios ocasionan todo el dolor de la austeridad sin un crecimiento decente, enfrentarán una renovada oposición, ya sea en las urnas o en las calles.

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, asumió en diciembre de 2015 con la promesa de arreglar el daño causado por su antecesora estatista, la peronista Cristina Fernández, quien aumentó mucho el gasto público.

Macri no esquivó las medidas duras, pues levantó los controles cambiarios y comerciales y recortó el gasto público, desatando protestas recurrentes.

Pero el crecimiento no repuntó como el Gobierno había prometido. Los economistas encuestados por el banco central en noviembre estiman que el producto interno bruto (PIB) se contraerá 2 por ciento en 2016. Eso podría revertirse para mostrar una expansión de 3,2 por ciento el próximo año, aunque Macri necesita que la reactivación empiece rápido ya que en octubre habrá elecciones legislativas.

Su contraparte en Brasil, Michel Temer, ha estado impulsando una dosis similar de ortodoxia económica desde que tomó lasriendas cuando fue impugnada su antecesora de izquierda, Dilma Rousseff, en agosto. Él tratará de que el Congreso apruebe reformas impopulares del insostenible sistema de pensiones del país en 2017, una plataforma clave en su intento por restaurarla confianza de los inversores.

Esos tragos amargos serían endulzados con una recuperación después del enorme declive bajo la gestión de Rousseff, pero los economistas estiman que el PIB crecerá menos de 1 por ciento en2017. Si Temer no puede mostrar resultados, algún candidato de pensamiento parecido, con una visión empresarial, podría tener dificultades en las elecciones presidenciales de 2018.

Chile podría dar la mayor sorpresa. El país ostenta un duopolio histórico de coaliciones de centroizquierda y centroderecha que son ambas fiscalmente prudentes. Pero existeun riesgo de que esto pueda deshilvanarse en las elecciones presidenciales y legislativas del país en noviembre.

Si el vuelco de la región hacia la derecha se mantiene, el ex presidente conservador Sebastián Piñera sucederá a la saliente Michelle Bachelet, una moderada de izquierda. Pero a los partidos independientes les fue inusualmente bien en las elecciones locales de octubre y los chilenos están cada vez más desencantados de los políticos convencionales de todas las tendencias.

Eso podría abrir las puertas a algún político opuesto al sistema establecido, como el senador de izquierda Alejandro Guillier.

El populismo es dañino, ya sea de izquierda o derecha. El fallecimiento del cubano Fidel Castro dejó atrás a cierto tipo de salvador autodesignado. Latinoamérica, como el resto del mundo, necesita menos fanfarrones autoritarios, no más.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

cinco + tres =