«El nómade digital es básicamente un trabajador que reniega del trabajo en relación de dependencia, que busca trabajar en lo que ama y le apasiona, pero por períodos cortos. Así gana más versatilidad y más dinamismo, toma su carrera por las riendas y le da el objetivo y el sentido que quiere, al mismo tiempo cumpliendo el deseo de gran parte de la generación de los millennials que es viajar», explicó Antonia Bensusán, representante de márketing y comunicación de la plataforma de trabajo online Freelancer.com.
Este sitio pone en contacto trabajadores freelancers que ofrecen talentos y servicios con empresas que los buscan. Cuenta con más de 23 millones de usuarios en todo el mundo, de los cuales 2,5 se ubican en América Latina. Las disciplinas que más se adaptan a esta tipología son la programación, el diseño gráfico y web, las traducciones y el márketing.
Argentina es el país con más trabajadores que optan por esta modalidad de trabajo. Las empresas que contratan a los trabajadores por cuenta propia van desde pymes hasta empresas que están incluidas en el índice Fortune 100, o incluso agencias como la NASA, explicó Bensusán.
La existencia de este tipo de plataformas responde al cambio de paradigma en las relaciones laborales de los millennials —es decir, los nacidos en las décadas de 1980 y 1990-. Mientras que en las generaciones de sus abuelos «la ambición era crecer dentro de una empresa y tras cuarenta años retirarse y recibir una lapicera o un reloj de oro» en reconocimiento, ahora la situación es distinta.
«[Hoy en día], la ambición no es comprarse una casa y desarrollarse en una empresa, sino manejar los tiempos para poder viajar, conocer lugares nuevos y estar constantemente haciendo cosas que los apasionen y les den curiosidad. Esta es la nueva dinámica de trabajo de este siglo: darle el rumbo que uno desea a su carrera sin dejar de darse el lujo de conocer lugares nuevos y de crecer también como persona», explicó la integrante de Freelancer.com
Las personas que se aventuran a optar por este tipo de relaciones laborales muchas veces empiezan por su cuenta y absorben un flujo de trabajo que les permite crecer y establecer sus propias agencias que emplean a su vez a más personas, agregó.
El verano austral, período en el que los trabajadores convencionales de América Latina toman su descanso anual, es un momento del año en el que los que están tentados a volverse freelancers den el salto.
«Es una oportunidad para meterse en el mercado freelance. Muchas veces la gente no toma el salto por una cuestión de que tiene un trabajo estable, entonces lanzarse puede ser más complejo. Aprovechar las vacaciones para tener proyectos y hacer un portfolio es una muy buena oportunidad para empezar a crecer como freelancer y en un futuro poder establecer una vida de nómade digital como estilo de vida y no tan solo como algo que se pueda hacer durante las vacaciones», dijo Bensusán.
De este modo, «la mayor ventaja» de «empezar a probar este nuevo estilo de vida que se está imponiendo» en las vacaciones es «ver si encaja con las necesidades de uno» y, si fuera el caso, «empezar a hacerlo».
No se necesita mucho para dar los primeros pasos en el nomadismo digital. El factor más importante es asegurarse que el lugar donde se elija ir de vacaciones tenga acceso a internet, ya que es por este medio que se realiza el contacto con los potenciales interesados. Asimismo, una toma eléctrica para recargar dispositivos digitales es de vital importancia.
Un lugar donde uno se pueda sentar cómodamente a trabajar también es deseable: desde un bar en la playa hasta un rincón cómodo de una casa de descanso, contar con un sitio para desarrollar proyectos ayuda a ser más productivo.
Luego, la búsqueda de proyectos para generar un flujo de trabajo que permita al freelancer disponer de un ingreso por cada lugar que visite es de extrema relevancia para tener éxito si se opta por esta estrategia.