Suiza se pone a la vanguardia del mercado de la inmortalidad

Gracias a los avances tecnológicos, cada vez más start-ups, así como clínicas privadas, prometen alargar la vida de las personas casi 20 años, asegurando además un perfecto estado de salud. Este nuevo mercado de longevidad está en pleno auge en Suiza, sobre todo en la zona de habla alemana y Lausana.

La start-up Amazentis, con sede en el cantón de Vaud, comercializa la urolitina A, una molécula procedente de las granadas y descubierta inicialmente por un equipo de investigación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL).

«Desde hace siglos se habla de los efectos antienvejecimiento de la granada», señalaba Chris Rinsch, director de Amazentis, en el programa basik de la Radio Télévision Suisse RTS.

De momento, esta molécula sólo está disponible para su utilización en Estados Unidos, pero está pendiente de aprobación en Europa y Suiza. Este tratamiento preventivo, que debe tomarse una vez al día, tiene un precio: tres francos por comprimido.

Mayor esperanza de vida

“Las mitocondrias son las pequeñas baterías que proporcionan la energía en todas nuestras células», explica Chris Rinsch. “A medida que envejecemos, la función mitocondrial disminuye. Y nuestra molécula, la urolitina A, mejora la función mitocondrial», prosigue Rinsch, ingeniero de formación y doctor en biología.

En ensayos clínicos, los ratones vivieron más tiempo gracias a este tratamiento. Y en humanos, se ha observado un aumento del tono muscular, la fuerza y la resistencia.

Expresidente de la EPFL (Escuela Politécnica Federal de Lausana), Patrick Aebischer trabaja ahora en +ND Capital, una sociedad de capital riesgo fundada en 2002 que invierte en ciencias de la vida y análisis de datos.

«Hemos duplicado nuestra esperanza de vida en cuatro generaciones», argumenta Aebischer, catedrático y reputado especialista en neurociencia. «Hoy podemos imaginarnos seguir en esa misma dirección. Existe el deseo de aumentar [nuestra esperanza de vida], no tanto en términos de duración como de calidad. Añadir calidad a los años, en lugar de años a la vida», prosigue.

Desde que dejó la dirección de la EPFL hace cuatro años, Patrick Aebischer se ha dedicado a identificar start-ups e invertir en ellas. La convergencia de las herramientas digitales y las biotecnologías no deja de abrir nuevas puertas.

«La investigación avanza y empieza a decirnos que el envejecimiento es un programa. ¿Podemos intervenir? ¿Existen objetivos? No se trata de polvos mágicos, sino de verdaderas moléculas sobre las que podemos intervenir para ralentizar el envejecimiento», afirma.

Nuevas empresas e inversores adinerados

En la actualidad, el mercado de la longevidad mueve 25.000 millones de dólares, según Allied Marker Research (AMR).Enlace externo Se espera que alcance los 44.000 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual del 6%.

La ciudad de Zug es un lugar ideal para las empresas emergentes -o startups-, gracias a sus bajos impuestos.

La estación de trenes de Zug es un centro neurálgico de negocios en la que se encuentran varias start-ups de longevidad como Avea Life, una empresa que comercializa un activador del colágeno y antioxidantes, así como una prueba de ADN y epigenética.

La empresa ha recurrido a los servicios de un inversor poco habitual. Tobias Reichmuth ayudó a recaudar 2,5 millones de francos suizos para la start-up de Sophie Chabloz. En los últimos años, este hombre ha hecho fortuna con las criptodivisas, pero su nueva afición es el negocio de la longevidad.

El fenómeno no ha escapado a la atención de multimillonarios digitales como Jeff Bezos, el jefe de Amazon, Elon Musk y Peter Thiel, el fundador de eBay.

También en California, Aubrey de Grey es uno de los gurús del transhumanismo. El científico británico asesora a varias empresas suizas. Cree que el ser humano que vivirá mil años ya vive entre nosotros.

“Con las tecnologías que están apareciendo», explica este hombre que se define como biogerontólogo, «podremos poner el envejecimiento bajo control médico total en los próximos diez o quince años».

«El envejecimiento no es una infección, es sólo un efecto secundario de la vida. No se trata de curarlo, sino de contenerlo, para que los mecanismos no se deterioren», prosigue Aubrey de Grey.

Clínicas de lujo

No obstante, no sólo las start-ups y los inversores están interesados en la longevidad. Las clínicas de lujo también parecen atraídas por este mercado. Existen todo tipo de tratamientos, como la crioterapia y la hipoxia, que se ofrecen en el Chenot Palace de Weggis, en el cantón de Lucerna.

«Nuestro laboratorio de epigenética nos permite observar la expresión de ciertos genes relacionados con la inflamación crónica, los trastornos neurodegenerativos, las hormonas y los antioxidantes», explica George Gaitanos, propietario del establecimiento.

«Gracias al ARN mensajero, podemos medir en tiempo real las instrucciones que el ADN da al organismo. Eso nos da una imagen completa del estado del organismo y, sobre todo, podemos anticiparnos a lo que puede ocurrir años antes de que aparezcan los primeros síntomas», continúa.

El precio básico de una semana de tratamiento es de 8.030 CHF en el Chenot Palace de Lucerna, que también ofrece sesiones de fotomodulación.

Fuente: www.swissinfo.ch

Texto adaptado del francés por Carla Wolff

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