Craig Taatjes, del laboratorio estadounidense Sandia, y sus colegas británicos de las universidades de Manchester y Bristol, demostraron que los birradicales Criegee, que pueden obtenerse a partir de oxígeno y gas metano, neutralizan más rápido de lo que se pensaba las moléculas de agentes contaminantes, tales como dióxido de nitrógeno y dióxido de sulfuro.
Los transforman en aerosoles que, a su vez, propician la formación de nubes en la atmósfera y así contribuyen a enfriar nuestro planeta.
Los resultados de la investigación “influirán mucho en nuestro entendimiento de la capacidad oxidante de la atmósfera y tendrán amplias implicaciones para la contaminación y el cambio climático”, señaló Carl Persival, uno de los autores del estudio.
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