Putin: Rusia va viento en popa, pero con una severa vulnerabilidad demográfica

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Este año la clásica conferencia anual del presidente Putin –de quien mucho se olvida que es doctor en derecho– duró casi cinco horas, que estuvo salpicada con 80 preguntas, entre las que destacaron los dardos venenosos de los multimedia anglosajones (https://bit.ly/49dNLZp).

Los datos duros de Rusia a finales de 2025 van viento en popa: en economía: crecimiento de 9.7 por ciento en tres años, mucho más alto que en Europa, y una cotización del rublo que se ha revaluado vigorosamente a 78 frente al dólar, pese a las sanciones de Occidente y del “atraco (Putin dixit)” de los haberes de Rusia en Euroclear (Bruselas); en el ámbito militar: el ejército ruso ha horadado en forma irresistible la frágil línea de defensa de Ucrania; y en el rubro geoestratégico: Moscú mantiene un “equilibrio estratégico” con EU en la fase de Trump, a quien alabó por sus “esfuerzos” para alcanzar la paz en la prácticamente derrotada Ucrania del agónico comediante jázaro (Khazar; https://bit.ly/3QqemJr) Zelensky.

Después de revelar que en “Anchorage (Alaska) coincidimos prácticamente con las propuestas de Trump” y “(…) aceptamos sus propuestas de paz”, elogió al presidente chino, Xi Jinping, como “un amigo confiable, un socio estable y un aliado (¡mega-sic!) de Rusia” cuando “las relaciones ruso-chinas son un factor importante para la estabilidad global”. ¡Ni más ni menos que el G-3 de Putin!

Siempre recordaré que, durante su carrera política, el ahora ex presidente Joe Biden comentaba que el principal talón de Aquiles de Rusia era su baja natalidad demográfica, lo cual se abultó mucho más durante la etapa aciaga de Boris Yeltsin (1992-1999), que coincidió con una grave crisis económica, pobreza e hiperinflación que desembocaron en un colapso demográfico conocido como “cruz rusa” o “crisis demográfica rusa” cuando las muertes superaron a los nacimientos a partir de 1992.

Ya en 1999 los nacimientos se habían desplomado a 50 por ciento –en el máximo territorio del planeta (alrededor de 18 millones de kilómetros cuadrados) con insuficientes habitantes–, a grado tal que el ex secretario de Estado clintoniano Strobe Talbott –asociado a la revista Time y ex presidente del pugnaz Brookings Institution– nunca ocultó su deseo de balcanizar a la escindida ex-URSS.

Según bne Intellinews: “Datos del Servicio Federal de Estadísticas (Rosstat), el país registró 1.22 millones de nacimientos en 2024, la cifra más baja desde 1999. Esta cifra representa una disminución de un tercio con respecto a 2014 y refleja una tendencia mundial, tanto en los países desarrollados como en los en desarrollo, hacia tasas de fertilidad por debajo del nivel de remplazo”.

Agrega bne Intellinews que para contrarrestar este descenso, Rusia ha introducido una serie de incentivos, entre los que se incluyen pagos únicos por nacimiento, ampliadas prestaciones por maternidad y ayudas económicas periódicas para familias con hijos. El gobierno también ha recuperado el título de “Madre Heroína” de la era soviética, que incluye una recompensa económica para las mujeres con más de 10 (sic) hijos (https://bit.ly/3Ne1W9g)”.

Putin expuso que el presente coeficiente de natalidad es de un ominoso 1.4 hijos por mujer, por lo que exhortó a tomar medidas para incrementarlo a por lo menos dos.

Luego comentó que el tema demográfico es una preocupación de todos los países con desarrollo posindustrial y ha llegado a casos “dramáticos” como la tasa total de fertilidad de Japón, que se encuentra en 0.8, mientras la de Surcorea ha declinado a 0.7: “también tenemos un ligero descenso, aproximadamente de 1.4 por ciento. Necesitamos alcanzar al menos 2 por ciento. Tiene que ponerse de moda, para que la gente comprenda lo que significa la felicidad de la maternidad y la paternidad”.

El presidente ruso identificó las medidas para apoyar el deseo de los jóvenes a crear familias, lo que incluye un apoyo a las hipotecas para las familias.

Dígase lo que se diga, la guerra de EU/OTAN/Unión Europea en Ucrania contra Rusia comporta un fuerte componente demográfico, dentro de su multidimensionalidad geoestratégica.

alfredojalife.com


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