Allan Wolburg
Boston Celtics y Dallas Mavericks definirán al campeón de la NBA a partir de la próxima semana. Sin importar quién gane, será el sexto equipo en levantar el Trofeo Larry O’Brien en los últimos 6 años.
En los pasados cinco años, los Toronto Raptors, Los Angeles Lakers, Milwaukee Bucks, Golden State Warriors y Denver Nuggets se han coronado. La rotación es un claro reflejo de lo que sucede en la Liga actualmente, así como lo es el hecho de que ninguno de los últimos 5 campeones ha avanzado más allá de la segunda ronda de la postemporada en su año de defensa del título.
Las superestrellas dominaron en una era
A diferencia de otros deportes de los Estados Unidos, en especial a partir del cambio de siglo, el campeón de la NBA solía salir de unos cuantos equipos. Entre la temporada 1999-2000 y 2017-2018, apenas 8 equipos se repartieron los 19 títulos.
Cuatro de estas franquicias, Mavericks, Celtics, Detroit Pistons y Cleveland Cavaliers, ganaron una sola vez, dejando los restantes 15 títulos en manos de 4 franquicias: Lakers, San Antonio Spurs, Miami Heat y Warriors.
De la misma manera, hubo rachas largas con un solo equipo dominando alguna conferencia. Lakers, Spurs y Mavericks se repartieron el Oeste todos los años entre 1999 y 2011, con Dallas únicamente obteniendo el cetro de la conferencia en dos ocasiones. Los Warriors tomarían la estafeta en 2015, ganando 5 títulos de conferencia de manera consecutiva.
El Este tuvo al Heat como representante 4 años en fila a partir del 2011. Cuando Lebron James regresó a Cleveland, fueron los Cavaliers quienes ganaron la conferencia 4 años en fila.
Durante esta época predominaron los equipos con al menos un par de superestrellas. En Miami, LeBron, Dwyane Wade y Chris Bosh lideraban a un equipo que tambièn contaba con Ray Allen. En Cleveland, LeBron sumaría fuerzas con Kyrie Irving y Kevin Love.
La época de mayor dominio de los Warriors tuvo a Steph Curry, Klay Thompson y Kevin Durant en la Bahía, mientras que los Spurs y Lakers también consiguieron títulos de manera similar con estrellas como Tim Duncan, Kawhi Leonard y Tony Parker en San Antonio, así como Kobe Bryant, Shaquille O’Neal y más tarde Pau Gasol en California.
La fórmula ha cambiado
En los últimos años la receta para buscar campeones se ha actualizado. Con una política económica más estricta en busca de la paridad de los equipos, los equipos con tres superestrellas cuentan con poca profundidad, complicando su camino en los playoffs. Ahora se buscan cuadros más completos, adquiriendo quizás una o dos estrellas externas, pero con énfasis en jugadores jóvenes que cumplan con diferentes roles.
Cuando los Raptors se coronaron, la directiva atrajo a Kawhi Leonard, quien había sido campeón con los Spurs anteriormente, pero Kawhi se sumó a una base que contaba con OG Anunoby, Pascal Siakam, Kyle Lowry y Fred VanVleet, poniendo el ejemplo a los demás.
Quizás los Bucks fueron el equipo con lo más cercano a un “Big 3” tradicional, con Giannis Antetokounmpo, Khris Middleton y Jrue Holiday. Pero Middleton llegó a Milwaukee en 2014, cuando estaba lejos de ser una estrella, y aunque Holiday es un buen jugador, con una actitud inmejorable, difícilmente sería considerado entre los 10 mejores en la NBA.
Los Nuggets parecían ser el equipo ideal para esta época, y quizás aun se conviertan en una dinastía. Con Nikola Jokic, Jamal Murray, Michael Porter Jr. y Aaron Gordon tienen un equipo balanceado y profundo, pero como mostraron los Minnesota Timberwolves, no son una escuadra dominante, ni imbatible.
Las reglas favorecen la paridad
Anteriormente, la NBA era ideal para que los equipos de mercados grandes, o al menos que estuvieran dispuestos a invertir, tuvieran una gran ventaja sobre los demás. Pagando un impuesto especial, podían contratar prácticamente a todos los jugadores necesarios utilizando una excepción. Esto ayudó a que varios jugadores buscaran armar sus “superequipos”.
Si bien esto favorecía a que existieran series muy anticipadas, como los duelos entre Cavaliers y Warriors, también convertían al menos a dos terceras partes de los equipos en meros instrumentos, sin posibilidades reales de pelear para ser campeón de la NBA.
Con las nuevas reglas, que tienen diferentes fases en el tope salarial, se favorece la construcción a través de talentos jóvenes, y los agentes libres pueden ayudar a conformar estas escuadras.
Tomando a los finalistas de este año como ejemplo, la construcción de sus equipos fue distinta. Los Mavericks seleccionaron a Luka Doncic en el Draft y le dieron un contrato importante a Kyrie Irving para acompañarlo. Pero el novato Dereck Lively ha sido importante en playoffs, así como dos jugadores de menor perfil adquiridos este año, en P.J. Washington y Daniel Gafford.
En el caso de Boston, su directiva ha sido hábil en el Draft, seleccionando a Jayson Tatum y Jaylon Brown, y han apuntalado al equipo con Kristaps Porzingis, Derrick White y Holiday. Una vez más, buenos jugadores, pero no superestrellas cuando llegaron a Massachusetts.
Cuando esos jugadores secundarios elevan su nivel y exigen contratos más de acuerdo con su calidad en ese momento, es difícil que los clubes puedan mantener sus servicios y permanecer por debajo del tope salarial.
A eso hay que agregar que hay más equipos competitivos dentro de esta estructura. Oklahoma City Thunder y Timberwolves tienen equipos jóvenes y competitivos, al igual que Indiana Pacers y New York Knicks en el Este. Cada vez más equipos tienen las herramientas para resurgir rápidamente.
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