Federico Sánchez (FS Fedor)
El presidente Abinader quiere hacer por la mujer muchas cosas, y eso está bien. Sus principales objetivos dentro de sus políticas públicas, en tanto políticas de Estado, según expresó en la rendición de cuenta en el Congreso Nacional el pasado 27 de febrero, son, a saber, sucintamente:
- Creación de empleos.
- Ayudas al emprendimiento femenino.
- Becas de estudios universitarios nacionales e internacionales.
- Ayudas sociales y de aumento de su progreso en varios ámbitos.
- Tolerancia cero en la violencia contra la mujer (no al feminicidio).
- Reducción del homicidio.
- Impactos en las mujeres con jornadas de sensibilización.
- Programa de prevención en la salud.
- Servicios de atención legal, judicial, sicológicos…
- Rescate de mujeres en riesgos físicos.
- Creación de casas de acogida para madre e hijos.
- Reducción de embarazos en adolescentes y evitar unión de parejas muy jóvenes.
- Ayuda socio-económica a discapacitadas.
En cambio, una semana después, para celebrar el Día internacional de la Mujer, marzo del 2023, organizaciones sociales, personalidades, feministas, mujeres activistas, y un nutrido grupo de Organizaciones No Gubernamentales -ONGs-, empoderadas y con mucha fuerza de voluntad, resilientes, marcharon para pedir reivindicaciones generales, algunas negadas, otras prometidas y no cumplidas. En su Manifiesto conjunto reclaman, haciendo un acopio sucinto, lo siguiente:
-Rechazo general al conservadurismo contra los derechos de la mujer (conservadurismo expresado a través de los poderes del Estados y de sectores privados, civiles y religiosos).
-No al sexismo (y definir bien la orientación sexual).
-No al racismo.
-No a la desigualdad de género y de clase social.
-No al nacionalismo (trasnochado).
-Si al derecho a la participación y equidad política de la mujer.
-Derecho a vivir en paz con seguridad.
-Derecho a la salud y la dignidad, de pensiones justas y rechazo a las ARS y AFP.
-Derecho a la igualdad educativa para evitar violencia contra niñas y adolescentes.
-Aprobación de las tres causales sobre el aborto (haciendo hincapié en que las causales salvan vidas y están designadas en la Constitución de RD y acordes con los convenios internacionales de los derechos humanos).
-Derecho a la educación sexual.
-Rechazan maltrato, persecución y abandono de mujeres migrantes embarazadas.
-Derechos laborales del campo y la ciudad.
-Expresan que con todas estas reclamaciones se ¨…quieren Vivas, Libres, Seguras y con Plenos Derechos…¨
A propósito, he reflexionado algunas apostillas, acotaciones y ditirambos, en tono poético, sobre ese ser maravilloso que a todos nos afectas y nos importa. En ese tenor, yo le canto a la mujer con algunas notas idílicas. Veamos:
Cada mujer, por ser flor, por ser lluvia, ennoblece a la nación. Por la sutileza de sus palabras y su acento dulce, noble, rinde homenaje al amor, a la maternidad y a todas las subsiguientes generaciones humanas. Ellas suman el 50 por ciento más la otro 50 de los humanos. O sea, son nuestras diosas creativas, y en ese sentido, en los peligros más cercanos estimula a todos y y todas a su que vivan la vida en plenitud.
Es la mujer un verso, un arpegio en el espejo valorado al cuadrado, una cantata surcando el sol alumbrado el espíritu de solidaridad. Surge cual soplo terrenal uncido de una breve canción, enamorada, ilusionada, apasionada de la vida que ofrece y aviva.
Cada mujer es una temida borrasca de salud y pundonor, un comprendido que suaviza la tarde llena de calor, interrumpida en su inclinación de la brisa fugitiva o fugaz. Es vértigo en susurro que da seguridad, y no locura, ni ansiedad, ni desesperanza. Sí un cundeamor abordado por un ave que canta al amor. Y el álgido latido de su corazón aún no lo aprisionan en una dejadez, porque su dulzura, su levedad puede más que cualquier herida.
Como dice la canción araucana: ¨…eres tú el mejor regalo de amor, que tuvo mi ser, y eres en mi jardín, perfumada flor, gloria de mieles¨ y como dice un bolero: ¨…perfume de gardenia tiene tu boca¨, es la mujer conciencia del conocimiento y la pureza cuando amanta el espíritu de un niño, y se levanta para dar el consuelo que sobrelleva, sobrevalorada, hacia todas las latitudes de los seres humanos, en tanto inspira sabiduría y constancia de buscar todos los matices de la esperanza.
La mujer se eleva como ángel guardián que inventa, que perfecciona, construye cunas blandas en sus pechos alimentarios o talla maderos tiernamente torneados en la conciencia del ciudadano, y todo por ser sensible, por capaz, por inmensa.
Su poder se aproxima con más sutiliza que vileza, con más rectitud que la soberbia, que amilana y entorpece, y no hay valladar que impida su avance hacia la ternura. Régimen del cariño, ápice de la pasión y el invento es. Y sinergia eficaz para transformar, cambiar la vida. Aliento que prorroga la muerte, que susurra la espera. Espaldarazo a tiempo completo. En su caída, el mismo viento se vuelve espectro para solidificarla, elevarla en lontananza hasta mostrar toda su belleza espiritual.
La mujer es el resurgir de las flores en la primavera, el calor que alimenta en verano y el vaivén de las olas en la resaca de cada viento de otoño. Es canto de sirena en su momento de lucidez, y de llanto, emergido desde cada clima, y su emergencia urge, aunque sutil, por una gracia natural.
Maternal. Solícita. Obsequiosa. Sí, por naturaleza funge ser revolucionaria, en tanto resurge la vida o se desvela la canción. Bendice a los desdichados y reprime a los que oprimen. Alquimia de la existencia es su catarsis. Un Oasis. El bello palmar de cada isla. Alimento emocional, en sus ojos canta de alegría un viñedo escanciado.
Es un empujón que no estropea, o separa el pedregal con que la vida nos maltrata, ella libera, a contra corriente, el inminente delirio, y no obstante su quejido se inmuta. O alivia.
Ella sustenta su sustancia a la deriva de estragos y estropicios. Canta la alegría del necesitado de pasión, carga la pena emocional del sufrimiento. Como el horizonte enciende la mirada del asombro, porque ama sin recibir amor, llora si otro llora, se alegra si los demás sienten la alegría de vivir.
Ella es mujer de todos los siglos. Funge ser noche, como luna rielando en cada tempestad. Y bajo el fuego es el intenso trajín que no cesa. Y ante un mañana tardío no se amilana. Exagera sus arrojos hacia la búsqueda de un mejor amanecer.
A más no poder, intensifica, infla sus melodías maternas. Es el viento que cunde y desaparece, que eleva los ánimos, que arguye y revolotea en la faz de las miradas que reclaman derechos a la vida. Las protestas correctivas la soliviantan, y su voz, aun en el desierto, como el viento arremolinado, asume también el dolor que la sobrevive.
Hornea con su aliento el hogar subyugante, en tanto calor rugiente. Apetece el vino vertido. Y es inmenso el dolor si ella no derrama rubor en el viñedo y brinda por la salud del pueblo.
Un verso la insinúa piel de oliva, como la oveja en su ramal, y su metáfora es una incandescente luz de un sol naciente, como la simiente en flor, como lo inusual de su trascendencia.
El faro luminoso del compañero la inventa en cada abrazo, como el hilo al percal, o las lluvias a las nebulosas, en su avance decisorio que inmiscuye la soledad y el olvido. Y todo amanecer la consagra hacia un penacho en flor.
La rosa de los vientos la invita a soñar, pero en la tierra, y su brújula colombina descubre todos los afectos del mundo, que nos revelan, que nos proponen solidaridades.
El brillo azulino del metal la incorpora como efigie, y el fuego la hincha, la infatúa, la forja, calentando su escultura, o su imagen involutiva, en tanto una cubierta circular o techo redivivo la cubre de improperios y sus malestares, de injurias y sus sinsabores, de ultrajes y la indolencia destemplada. Pero vive, vive enamorada de la vida, la que ofrece y da, da todos los días.
El autor es periodista, publicista, cineasta, catedrático, escritor: poeta, narrador, dramaturgo, ensayista.
E-Mail: anthoniofederico9@gmail.com. Face Book.
Wasap: 809- 353-7870.
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