La NASA advierte sobre exposición a radiación peligrosa cuando viajamos en avión

La investigación denominada RaD-X, o Experimento de la Dosimetría de la Radiación (Radiation Dosimetry Experiment), arrancó en 2015. Un gran globo lleno de helio se lanzó a la estratósfera para medir los niveles de la radiación cósmica despedida por el Sol y el espacio interestelar a siete diferentes alturas de entre 7.900 a 36.500 kilómetros.

Los resultados, publicados en la revista Space Weather Journal, indican que existe un aumento constante en la tasa de radiación a medida que crece la altura.

La magnetosfera de la Tierra actúa como un escudo magnético bloqueando la mayor parte de la radiación para que no llegue a nuestro planeta. No obstante, las partículas cargadas de suficiente energía pueden penetrar tanto la magnetosfera como la atmósfera.

Esto puede resultar muy dañino para nuestra salud, y aunque estamos casi protegidos en el suelo, una vez que subimos a un avión, nos exponemos a radiación peligrosa. Sus rayos son capaces de romper el ADN y producir radicales libres que pueden alterar las funciones celulares.

Además, la radiación es un factor preocupante para la tripulación a bordo de la Estación Espacial Internacional y los astronautas que viajarán a Marte en el futuro. El planeta rojo también tiene un alto nivel de radiación, similar al de la atmósfera de la Tierra.

Según la NASA, el estudio ayudará a aprender cómo proteger a los seres humanos de la exposición a la radiación, lo cual es un paso clave para la futura exploración del espacio. Asimismo, los resultados se utilizarán para mejorar los modelos meteorológicos espaciales que predicen los eventos de radiación.

De esta manera, los pilotos podrán monitorear los niveles de la radiación cósmica con mayor precisión y ajustar sus rutas de vuelo conforme con los datos.

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