La repentina escalada en Siria, donde grupos antigubernamentales lanzaron una sorpresiva ofensiva contra Alepo, delata la participación de varias potencias extranjeras, entre ellas Israel y Estados Unidos, le dijo a Sputnik el analista político y profesor de la Universidad de Teherán, Seyed Mohamed Marandi.
«Vemos a miles de combatientes extranjeros afiliados a Al Qaeda* en toda Asia Central«, apuntó Marandi a Sputnik.
«Han sido movilizados y bien entrenados para llevar a cabo este asalto», agregó.
La ofensiva, señala, tiene lugar «literalmente un día después de que Netanyahu dijera que necesitaba el alto el fuego para hacer frente a la llamada amenaza iraní», y parece que el objetivo de esta ofensiva es «cortar a Siria del eje de resistencia para aislar al Líbano».
«Obviamente, esto se está haciendo en coordinación con Estados Unidos. Toda la guerra sucia en Siria desde 2011 estuvo dirigida por Estados Unidos», comenta Marandi.
«Sabemos que en aquel entonces Jake Sullivan, que ahora es el asesor de seguridad nacional de Biden, dijo en un correo electrónico a Hillary Clinton el 12 de febrero de 2012 que en Siria, Al Qaeda está de nuestro lado», añadió.
Dada la larga historia de asociación de Estados Unidos con grupos terroristas en la región y los esfuerzos previos de Washington para «crear una entidad salafista entre Siria e Irak para aislar a Siria», no hay duda de que Estados Unidos y sus aliados «son parte de esta conspiración contra Siria», concluye el analista.
Dicho esto, Marandi identifica al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como el «beneficiario número uno» de la actual crisis en Alepo.
«Netanyahu necesita la guerra y solo aceptó un alto el fuego bajo mucha presión. Por eso nadie tiene fe en los israelíes. Los israelíes siempre han violado sus compromisos», afirma Marandi a tiempo de señalar que «después de todo, está llevando a cabo un holocausto en Gaza, un régimen que lleva a cabo el Holocausto y continúa haciéndolo ante los ojos del mundo después de 14 meses, no es un régimen en el que se pueda confiar para nada».
El experto militar sirio Mahmud Abdel Salyam ofreció una visión similar sobre el tema, culpando a Israel por la crisis actual y afirmando que los planes de Tel Aviv amenazan la situación de seguridad en la región.
«Básicamente, Israel quiere solidificar su posición en la región después del alto el fuego en el Líbano (…) Así que Tel Aviv no tiene intención de detenerse: quiere sembrar discordia entre los demás actores de la región y obligarlos a reaccionar ante tales desafíos», dijo.
Salyam señaló, sin embargo, que otros actores globales interesados en «cambiar el equilibrio de poder en Oriente Próximo» sin duda sacarán provecho de esta situación.
«Algunos países, por ejemplo, pueden utilizar el debilitamiento de la República árabe para reforzar su influencia apoyando a grupos radicales y extremistas que Israel intenta utilizar en Siria«, afirmó. «Pero acciones tan peligrosas tendrán consecuencias impredecibles para estos países y sus aliados».
(Sputnik)
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