MOSCÚ (Sputnik) — El jefe de las fuerzas rusas de protección radiactiva, química y biológica, Ígor Kirílov, reveló nuevos nombres de los empleados de instituciones estatales y empresas privadas de Ucrania que participaron en los programas biológicos militares de EEUU en el territorio ucraniano.
«El Ministerio de Defensa ruso ya publicó los nombres de los participantes en los programas biológicos militares estadounidenses (…) hoy nos gustaría añadir a esta lista a representantes de instituciones estatales y empresas privadas de Ucrania involucradas en la implementación de programas biológicos militares estadounidenses», declaró Kirílov en una rueda de prensa.
En particular, en la lista figuran el jefe del centro de salud pública del Ministerio de Salud ucraniano, Vladímir Kurpita, el jefe del Departamento Sanitario y Epidemiológico de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Serguéi Morgún, así como la jefa de Laboratorios de Referencia del Centro de Salud Pública del Ministerio de Salud de Ucrania, Irina Demchíshina, señaló.
En total, continuó, el Ministerio de Defensa ruso tiene información sobre más de 100 participantes en programas biológicos de doble uso en Ucrania.
«El Comité de Investigación de Rusia está investigando a más de 10 ciudadanos estadounidenses, así como a varios funcionarios del Ministerio de Defensa de Ucrania, por su participación en la implementación de estos programas», agregó Kirílov.
Asimismo, denunció que Washington no desactivó sus biolaboratorios en territorio de Ucrania, pese a las pertinentes declaraciones del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Recordó que en la dirección oficial del director de la oficina de representación en Kiev de la contratista clave del Pentágono CH2M HILL, David Smith, fechado el 6 de diciembre de 2022, a las instituciones ucranianas que participan en el Programa para contrarrestar patógenos especialmente peligrosos en Ucrania «se informa sobre la continuación del programa biológico» en el país.
Además, Kirílov acusó a las autoridades ucranianas de seguir cooperando con el Pentágono, incluido en la transferencia de patógenos peligrosos, con el pretexto de reducir los riesgos de propagación de infecciones.
«Dichas actividades pueden llevarse a cabo con el fin de realizar provocaciones con agentes patógenos peligrosos, con posterior imposición de responsabilidad a Rusia», advirtió.
Según Kirílov, en Ucrania fue creada una red de más de 30 laboratorios biológicos que funcionaban en interés del Pentágono.
Además, Rusia capturó en Ucrania documentos comprometedores sobre un programa de armas bacteriológicas que EEUU estaba ejecutando en Ucrania.
EEUU realiza estudios «para reforzar patógenos de varias enfermedades»
Estados Unidos lleva a cabo estudios para fortalecer los patógenos de enfermedades infecciosas, afirmó Kirílov.
Según Kirílov, mientras la Organización Mundial de Salud reporta brotes de infecciones de diversos tipos en todo el mundo, la Universidad de Boston lleva a cabo trabajos para reforzar patógenos de varias enfermedades, incluido el COVID-19, así como para crear virus artificiales.
Detalló que «las investigaciones de este tipo, para mejorar las funciones de patógenos peligrosos, que se realizan, en particular, en los países de Asia Central y el Cáucaso del Sur, son sistémicos y en su realización participan grandes empresas farmacéuticas estadounidenses».
En particular, continuó, el director de investigación de Pfizer, Jordan Walker, había confirmado que la empresa realiza estudios para hacer evolucionar a los virus.
Además, señaló Kirílov, el Ministerio de Defensa ruso tiene información de que, desde 2017, EEUU desarrolla vacunas que podrían provocar graves complicaciones cuyo tratamiento se propone realizar con los fármacos de las mismas compañías farmacéuticas.
«Este enfoque permite a los fabricantes farmacéuticos estadounidenses aprovechar al máximo la aparición de nuevos patógenos y obtener beneficios ilimitados», denunció.
Según el alto militar, en su esfuerzo por «establecer el control biológico mundial», Washington viola la Convención sobre Armas Biológicas y otros documentos internacionales.
La Casa Blanca, incluso, no hace caso a las autoridades sanitarias nacionales que piden reforzar el control sobre investigaciones biológicas, destacó.
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